Con ocasión de la VI Cumbre de las Américas que culmina hoy, muchas voces cuestionan su conveniencia y los beneficios reales de dichas reuniones. Hay tela para cortar, desde los radicales que consideran nulos resultados, hasta aquellos que respaldan su ocurrencia por el amplio despliegue publicitario que recibe la ciudad, las obras que se logran y el indudable beneficio económico de tener llenos hoteles, restaurantes y muchos negocios. La escogencia de Cartagena como punto de encuentro para reuniones de alto turmequé no es nueva y personajes de gran importancia nos han visitado.
Es indudable que entre los ilustres visitantes sobresale el Presidente de Estados Unidos de América, su presencia causa revuelo y miramos como gesto de buena voluntad su permanencia entre nosotros. El primero de ellos que estuvo en Colombia fue Franklin Delano Roosevelt, recibido por nuestro Presidente Enrique Olaya Herrera en Cartagena, en junio del año de 1934. Arribó por los muelles del recién inaugurado Terminal Marítimo. El mundo por esos tiempos era otro y con seguridad el despliegue de seguridad debió ser mucho menos intenso que el aplicado con la visita del Presidente Barack Obama. En las imágenes que acompañan este texto se puede apreciar el acercamiento del público al mandatario, cosa impensable hoy. A Obama se le verá a kilómetros.
La ciudad fue visitada por el Presidente George Bush, padre, en 1990 cuando asistió a una cumbre antidroga en compañía de los mandatarios de Perú, Bolivia. Fue recibido por el Presidente Virgilio Barco. Además de los temas de seguridad y tráfico de estupefacientes se trataron los de preferencias arancelarias. La seguridad fue moderada y su permanencia fugaz. Un decenio después Bill Clinton es recibido en Cartagena por Andrés Pastrana, en un clima de distensión y acercamiento. Son memorables los paseos por el Centro Histórico, el concierto de los Niños del Vallenato, el lucimiento de un sombrero vueltiao con su nombre, la simpatía con el pueblo y el despliegue de una seguridad amable. Su acercamiento propició la política del Plan Colombia.
Correspondió al Presidente Álvaro Uribe Vélez atender en nuestro patio a George Bush, hijo, en asistencia que hizo en 2004 a una de las cumbres de Libre Comercio. La ocasión fue propicia para reforzar la ayuda del Plan Colombia y la lucha contra el terrorismo. Era época de grandes tensiones y la seguridad se sintió con rigor, pues hacía poco se había dado el ataque a las Torres gemelas.
Sería aventurado asegurar que de esas cumbres y visitas de mandatarios la ciudad no gana. Recuerdan ustedes cuando en el año 2000, siendo Alcaldesa de Cartagena Gina Benedetti de Vélez, la Secretaría de Infraestructura del Distrito comandada por el colega Flavio Romero Frieri, ejecutó en tiempo record la pavimentación de la Avenida Santander y otras obras que estaban represadas por faltas de recursos. En aquella oportunidad se decía que Clinton había sido el mejor alcalde de la ciudad. Hoy el panorama y los escenarios son muy similares. ¿Será Obama mejor alcalde que Campo?




