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Cartagena

Conozca a la descendiente de la India Catalina en el Volcán del Totumo

Al pie del volcán encontramos a una mujer que con entusiasmo y espontaneidad es portavoz de su legado.

Conozca a la descendiente de la India Catalina en el Volcán del Totumo

A Maricruz la vida la ha puesto a prueba en múltiples ocasiones y con determinación, ha logrado abrirse camino y a través de la adversidad renacer// Foto: Julio Castaño.

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A poco más de una hora de Cartagena de Indias, en Santa Catalina, Bolívar, se encuentra un fenómeno natural único y enigmático: el Volcán del Totumo. En contraste con las imágenes que la palabra “volcán” evoca, como cráteres escupiendo fuego y ceniza, este es uno de lodo, pequeño en tamaño pero inmenso en curiosidad que cautiva a todos los que llegan a conocerlo.

Un charco denso y tibio en el que los visitantes flotan sin esfuerzo, cubiertos de un manto gris que para algunos cuenta con propiedades terapéuticas. La sensación de ingravidez en el lodo, junto con la vista panorámica del paisaje desde allá arriba, todo se ve tan pequeño ante nuestros ojos, recordando lo perfecta que es la naturaleza y lo privilegiado que somos de poder contemplar aquella maravilla.

Este lugar, no solo guarda historias de turistas riendo entre las burbujas de lodo, también es hogar de personas con relatos dignos de ser contados. Entre ellas, una mujer cuya presencia se ha convertido en parte de la esencia de este sitio: Maricruz Díaz Galera. No es solo la dueña de ‘La tierra prometida’, el restaurante al pie del volcán que hace alrededor de 20 años sacia el hambre de quienes visitan el sitio, sino también la heredera de una historia que enlaza la tradición indígena con el presente. Con su presencia y trabajo constante, Maricruz se ha convertido en un referente tanto para la comunidad local como para los visitantes que llegan atraídos por el misticismo y tranquilidad que proporciona aquel lugar.

Con su espontaneidad y entusiasmo contagia a todos lo que tienen el privilegio de conocerla// Foto: Julio Castaño.
Con su espontaneidad y entusiasmo contagia a todos lo que tienen el privilegio de conocerla// Foto: Julio Castaño.

Un linaje entre el lodo e historia

Maricruz no lleva un apellido cualquiera. En su voz resuena la memoria de los mokaná, una etnia indígena que habitó estas tierras mucho antes de que las carabelas españolas llegaran a las costas caribeñas. Su linaje es testimonio vivo de la resistencia y el legado de un pueblo que, a pesar de los siglos, sigue dejando huella en la historia de la región.

Según cuenta con orgullo, su ascendencia se remonta directamente al cacique Zamba, padre de la India Catalina, aquella mujer que pasó de ser capturada por los españoles a convertirse en su guía e intérprete en la conquista de este pedacito del Caribe colombiano.

“La familia Galera viene de los mokaná. De ahí sale el apellido. A la India Catalina se la llevaron porque hablaba español y mokaná”, explica Maricruz, con la seguridad de quien conoce el peso de su historia. Su relato está impregnado de la nostalgia de un pasado ancestral que, aunque transformado, sigue siendo parte de su identidad.

Al pie del volcán del totumo tiene un restaurante que durante 20 años la ayudado a llevar el pan a su mesa.
Al pie del volcán del totumo tiene un restaurante que durante 20 años la ayudado a llevar el pan a su mesa.

Esta revelación no es menor acerca de su genealogía con la India Catalina debido a que pocos conocen los detalles de su linaje o el destino de sus descendientes. Para Maricruz, no se trata de una historia ajena, sino de un legado que corre por sus venas. La idea de que su familia esté vinculada a un personaje representativo de la historia colonial, le da un sentido profundo a su presencia en este sitio, como si el destino la hubiera guiado hasta allí para mantener viva su historia.

El renacer entre fogones

Pero su historia no se queda solo en el linaje. Como muchos, Maricruz ha enfrentado la dureza de la vida con valentía. Su llegada al Totumo no fue por azar, sino por necesidad. La vida la puso a prueba en múltiples ocasiones y con determinación, logró abrirse camino y a través de la adversidad renacer.

Tras vivir en Manaure, Guajira junto a su esposo y sus hijos, las circunstancias la llevaron de regreso a su tierra natal, pero con las manos vacías. Sin dinero y con dos pequeños que alimentar, el panorama se tornaba incierto y como toda madre costeña no dejó que el dolor y la desesperación se apoderarán de ella, busco las maneras de salir adelante y brindarles estabilidad a sus hijos. Fue entonces cuando un amigo le brindó la oportunidad de trabajar atendiendo los baños del volcán. Poco a poco, con esfuerzo y perseverancia, logró arrendar un pequeño restaurante, que luego perdió, pero la historia no acabó allí, más bien fue el inicio de su promesa.

El restaurante de Maricruz en el Volcán del Totumo//Foto: Julio Castaño.
El restaurante de Maricruz en el Volcán del Totumo//Foto: Julio Castaño.

Una promesa que tomó forma en el lugar que hoy conocemos y que, a su vez, ha sido un puente entre sus raíces, su voz y su deseo de salir adelante. Así demuestra lo fuerte que podemos ser y que la valentía nace desde adentro. Seguramente, la India Catalina, estaría orgullosa de que su sangre y el nombre de su familia lo posea y esté representado por el coraje de una mujer tan fuerte como ella, que siempre busca la manera de florecer y quien con una sonrisa contagia a todos aquellos que tienen el privilegio de conocerla.

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