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Arnaldo: Diez años clamando ayuda por un mismo sueño

El tiempo pasa y el llamado escritor de Marialabaja aún espera esas ayudas que un día le prometieron. Su salud se deteriora y él quiere ser productivo a través de la escritura.

Arnaldo: Diez años clamando ayuda por un mismo sueño

En 2021, Arnaldo parece vivir del recuerdo de esas promesas que instituciones y políticos le hicieron. Su salud se nota más deteriorada a medida que pasa el tiempo.

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Arnaldo Maza Estrada me llamó dos veces del celular de su hija Melainis. Ella decía que le habían prometido un reportaje, que tenía un libro, que él ya había hablado conmigo. Yo no entendía nada de lo que Arnaldo decía y hasta pensé que era una especie de broma. Semanas después, volvió a llamarme y, en medio de todo lo que decía con premura, mencionó que escuchaba, pero que no podía hablar perfectamente y ya casi no veía con claridad. Me explicó de qué se trataba la llamada y por qué me contactó. Entendí que no era una broma y que hay personas que debido a cualquier tipo de discapacidad pueden ser malinterpretadas ante gente que desconoce ciertas patologías, como en mi caso. Así que empiezo esta nota pidiéndole disculpas al señor Arnaldo.

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Arnaldo es un escritor que vive en Marialabaja. Tuvo una adultez sana, pero de un momento a otro apareció en su cabeza un problema nervioso que lo llevó al quirófano, con pocas esperanzas de que saliera con vida, según narra. Luego, un tumor en una zona de alto riesgo hizo que perdiera paulatinamente su capacidad de ver y que se le hiciera cada vez más difícil hablar. Su cerebro, su inteligencia, eso sí, sigue intacta. Recuerda que incluso se lanzó al Concejo de su municipio, muestra un cartel que lo prueba. Para la entrevista se vistió con la misma ropa que tenía el día que se tomó la fotografía para la campaña de propaganda: una camisa de rayas hoy roída y una corbata a rombos. La diferencia, físicamente, es muy notoria. Él está feliz, sin embargo, de responder esta entrevista a casi diez años de haber aparecido por primera vez en este mismo diario, donde le dedicaron casi una página completa. En su momento, pidió colaboración para un tratamiento que lo ayudara a restablecer; él es fundador de la Asociación de Discapacidad Un nuevo amanecer.

“¿Usted conoce al gobernador? (de esa época)”, me pregunta. “Él quedó en deuda conmigo. Yo le hice campaña a él”, dice con esa voz de esperanza latente.

El periódico está doblado en muchas partes, así que casi se le deshace en las manos, no se lee bien la fecha de publicación pero fue hace unos diez años, concluye él. Aparece en ese periódico amarillento, usando el mismo sombrero que tiene puesto para esta entrevista, otra señal que envía para que se sepa que en realidad es él. Para que no me quede duda. Dice que ha escrito un libro de cuentos, de mitos y leyendas de su población, y de historia.

Con voz entrecortada, me cuenta que él no sabe hacer más nada, solo escribe. Por su condición no se puede dedicar a la agricultura y es que, escribir es lo que quiere hacer, si le dan la oportunidad. Vivir de ello.

Según el Censo Nacional de Población y Vivienda 2018, del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en Colombia hay 3.134.036 personas con dificultades para realizar actividades básicas diarias, de las cuales 1.784.372 reportaron tener dificultades en los niveles de mayor severidad (1 y 2).

“A raíz de la operación que me hicieron, asumí la condición de discapacitado, y desde entonces estoy escribiendo porque no sé hacer más nada. No puedo coger un machete, manejar. Tengo once años de estar escribiendo una novela que se llama El horror de la vida, acerca de la problemática social que actualmente vive Colombia, reacciones y sus posibles soluciones. Es historia, es sobre el conflicto armado. Además, he escrito una comedia. Hace algunos años fui a los medios y me entrevistaron, los titulares fueron: ‘Sin límite’ y ‘Arnaldo, el periodista de Marialabaja’. Lo que quiero es que por favor me ayuden, porque, debido a mi condición, ya lo único que puedo hacer es escribir. Tengo una caja enorme con manuscritos.

“Organicé la Asociación de Discapacidad Un nuevo amanecer, hice un periódico con crónicas e historias de mi pueblo, incluso mitos y leyendas que en el pasado marcaron un papel fundamental para las futuras generaciones”.

Arnaldo tuvo una adultez sana, pero apareció en su cabeza un problema nervioso que lo llevó al quirófano. Para cualquier tipo de donación (ropa, enseres, patrocinio) escriba al 3242843769.

Dice que Manolo Duque le prometió una Teletón y que muchos políticos lo conocen. Él espera. Simplemente espera a ver quiénes y cómo pueden ayudarlo.

Hoy vive con una hermana que se dedica a las ventas en Marialabaja, depende de ella, prácticamente.

“A él le entregan pastillas, porque a le salen unas bolas en el cuerpo que pueden dañar su salud. Para poder mandarle los medicamentos, lo mandan a citas con médicos, pero no con especialistas”, dice Melainis. “Él está delgado porque camina demasiado, y es que se la pasa haciendo sus ‘diligencias’, buscando ayuda, así como hizo con usted. Cuando mi papá llega a la casa, le doy comida y eso. Yo vivo con mi suegra y mi pareja”.

Melainis cuenta que Arnaldo vive con una hermana ya mayor, que vende pasteles, sábanas y cualquier tipo de productos para sobrevivir. “Lo que salga, ella lo vende. También tengo otra tía que lo ayuda, pero ellas están avanzadas en edad ya”.

Él sigue insistiendo

Arnaldo busca que una litografía o una editorial lo contacte. Su hija de vez en cuando me explica lo que yo no puedo entenderle. Él le dio sus apellidos y la reconoció como suya, me dice la joven.

Sobre su fundación, no se quedan quietos cuando de buscar recursos y contactos se trata. Los amplificadores para las reuniones son en calidad de préstamo, pero a medida que pasa el tiempo parece que lograran menos. Desde 2018 sus actividades han estado mucho más quietas, perdidas en el horizonte del mañana y, claro, impactadas por la pandemia de la COVID-19 que se volvió la urgencia de todas las instituciones.

No solo él, la fundación también necesita toda la ayuda posible y es que esta población con discapacidad puede correr un riesgo mayor de padecer COVID-19 severo, pues la enfermedad exacerba problemas de salud existentes, en particular, los relacionados con la función respiratoria, del sistema inmunitario, cardiopatías o diabetes.

Mientras, Arnaldo sigue con sus ‘diligencias’, luchando y esperando cualquier tipo de ayuda.

Arnaldo tuvo una adultez sana, pero apareció en su cabeza un problema nervioso que lo llevó al quirófano. Para cualquier tipo de donación (ropa, enseres, patrocinio) escriba al 3242843769.

Arnaldo busca que una litografía o una editorial lo contacte. Su hija de vez en cuando me explica lo que yo no puedo entenderle. Él le dio sus apellidos y la reconoció como suya, me dice la joven.

Sobre su fundación, no se quedan quietos cuando de buscar recursos y contactos se trata. Los amplificadores para las reuniones son en calidad de préstamo, pero a medida que pasa el tiempo parece que lograran menos. Desde 2018 sus actividades han estado mucho más quietas, perdidas en el horizonte del mañana y, claro, impactadas por la pandemia de la COVID-19 que se volvió la urgencia de todas las instituciones.

No solo él, la fundación también necesita toda la ayuda posible y es que esta población con discapacidad puede correr un riesgo mayor de padecer COVID-19 severo, pues la enfermedad exacerba problemas de salud existentes, en particular, los relacionados con la función respiratoria, del sistema inmunitario, cardiopatías o diabetes.

Mientras, Arnaldo sigue con sus ‘diligencias’, luchando y esperando cualquier tipo de ayuda.

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