En la zona rural de Chibolo, en el Magdalena, se sorprendieron el pasado lunes 8 de diciembre, cuando campesinos que transitaban por una carretera de tierra encontraron el cuerpo de un hombre tendido sobre el suelo. La escena, rodeada de silencio y con la vegetación como único testigo, dejaba ver de inmediato que se trataba de un crimen marcado por la violencia.
El hombre vestía una camiseta amarilla, bermuda de jean claro y botas marrones. Su rostro, completamente cubierto de sangre y con múltiples heridas, revelaba que había sido atacado con arma de fuego. La identidad, en ese momento, era un enigma para los curiosos que se acercaron y también para las autoridades que hicieron presencia minutos después.
El cadáver fue trasladado a Medicina Legal, donde finalmente se logró establecer quién era: Franyer Eulider Rodríguez Combariza, un hombre conocido en El Zulia, Norte de Santander, no solo por su nombre, sino por varios alias, entre ellos Paisano. La Opinión precisó que su reconocimiento público se debía también a que, en 2014, las autoridades lo incluyeron en un listado de los más buscados en la frontera, aunque nunca lograron capturarlo.
La noticia de su muerte tomó por sorpresa a los residentes de El Zulia, quienes en su mayoría creían que Rodríguez Combariza permanecía en la zona.
El hecho de que su cuerpo apareciera en un sector rural de Chibolo abrió toda clase de interrogantes, especialmente sobre los motivos que lo llevaron hasta ese departamento.
Las primeras observaciones del levantamiento señalan que el cuerpo estaba bocarriba y rodeado de un charco de sangre. Esta posición podría indicar, de manera preliminar, que antes de recibir los balazos sufrió un golpe contundente en el rostro, lesión que habría provocado una hemorragia abundante. Posteriormente, habría sido rematado con varios impactos de bala.
El camino para esclarecer lo ocurrido no parece sencillo. No hay cámaras de seguridad en el área y tampoco se conocen testigos que hayan presenciado el momento del ataque o el traslado del cuerpo. Aún se desconoce si el crimen ocurrió exactamente en ese sitio o si el hombre fue llevado allí después de ser asesinado.
Las autoridades locales iniciaron la recolección de información sobre los movimientos recientes del hombre de 36 años y su círculo cercano, con el fin de reconstruir el recorrido que lo llevó hasta el Magdalena y determinar quiénes están detrás de su muerte.