La tarde de juegos en un parque del barrio Santa Inés, en la comuna 3 de Medellín, terminó convirtiéndose en una tragedia que hoy tiene consternada a toda la comunidad. Un niño de 9 años murió tras ingerir unas pastillas que encontró dentro de una envoltura abandonada en la zona verde ubicada en la carrera 31A con calle 84.
Lo que empezó como un momento habitual de recreo entre varios menores derivó en un hecho irreparable, marcado por la curiosidad infantil y por lo que las autoridades describen como un acto de grave irresponsabilidad de algún adulto que habría dejado ese empaque en el lugar.
El Colombiano aseguró, según el relato conocido por las autoridades, que varios niños estaban jugando entre deslizaderos y columpios cuando uno de ellos halló la envoltura con las pastillas. Movido por la curiosidad, decidió consumirlas sin que, en ese instante, mostrara alguna reacción adversa. Minutos después, ya en su casa, ubicada a pocas cuadras del parque, la mamá del menor se enteró del hallazgo porque otro niño del grupo mencionó la papeleta. Al preguntarle qué había hecho con esas pastillas, él solo respondió: “Yo me las tomé”.
A partir de ese momento, la situación avanzó de manera fulminante. El niño comenzó a convulsionar en la vivienda, lo que generó angustia entre familiares y vecinos que, al ver la gravedad del episodio, salieron a buscar con urgencia una motocicleta para trasladarlo al centro médico más cercano. Finalmente lograron llevarlo al Hospital Infantil Concejo de Medellín, en el barrio Campo Valdés.
Sin embargo, cuando el menor, identificado como Matías Serna Ramírez, llegó al centro asistencial, los médicos determinaron que ya no tenía signos vitales. La intoxicación causada por las pastillas que había ingerido resultó letal.
El CTI de la Fiscalía realizó la inspección judicial al cuerpo en el mismo hospital y confirmó que la causa del fallecimiento fue una intoxicación.
Ahora, mediante análisis forenses, se buscará establecer el contenido exacto de las pastillas para determinar si correspondían a alguna sustancia alucinógena abandonada por un jíbaro o a algún producto tóxico empleado para eliminar plagas.
Mientras avanza la investigación, las autoridades reiteraron el llamado urgente a los padres de familia para reforzar la supervisión sobre los menores y enseñarles a no manipular ni consumir elementos encontrados en la calle, a fin de evitar tragedias como la que hoy enluta a Santa Inés.

