El barrio Brisas del Porvenir, en la Comuna 6 de Cúcuta, despertó el 26 de noviembre con una escena que dejó conmocionados a residentes y comerciantes del sector. Dentro de un parqueadero ubicado en la esquina de la avenida 6B con calle 18B fue asesinado Pablo Rivera Navarro, un hombre reconocido entre quienes trabajaban allí y a quien solían llamar Pablito.
El ataque ocurrió en horas de la mañana. Detrás del gran portón negro del establecimiento, Pablo adelantaba sus labores cuando dos personas que se movilizaban en motocicleta ingresaron al lugar. Aunque en un principio podían parecer clientes, su presencia no tenía relación alguna con dejar un vehículo en custodia. Llegaron armados y, sin dar oportunidad de reacción, comenzaron a disparar contra los trabajadores del parqueadero.
Según dio a conocer La Opinión, Pablo fue alcanzado por los proyectiles y quedó gravemente herido, mientras los agresores escapaban rápidamente del sitio sin dejar rastro claro de su ruta. Lea aquí: A Pablo Rivera le arrebataron la vida en un parqueadero: esto se sabe
Los compañeros de la víctima, aturdidos por el impacto del ataque, corrieron para auxiliarlo. Lo trasladaron hasta la parte exterior del establecimiento, donde quedó tendido sobre el asfalto. Las manchas de sangre marcaron el punto exacto donde permaneció a la espera de ser trasladado a un centro asistencial, mientras algunos vecinos observaban con desconcierto lo que acababa de suceder.
Minutos después fue llevado al Hospital Universitario Erasmo Meoz. El personal médico actuó de inmediato para intentar estabilizarlo. Sin embargo, las heridas provocadas por los balazos resultaron demasiado graves y, pese a los esfuerzos, se confirmó su muerte poco tiempo después.
Unidades de la Policía llegaron al parqueadero para adelantar los procedimientos judiciales y recoger información que permita identificar a los responsables. Los testimonios de quienes presenciaron el ataque y la revisión de las cámaras de seguridad cercanas se han convertido en las principales herramientas para reconstruir el recorrido de los atacantes y precisar si contaban con apoyo externo.
El motivo detrás del asesinato no está claro. Personas cercanas a la víctima señalaron que Pablo no tenía conflictos conocidos, una razón que aumenta la incertidumbre sobre lo ocurrido.
Algunos habitantes mencionaron que era un hombre tranquilo y dedicado a su trabajo, lo que hace aún más difícil comprender las razones del ataque.
En medio de este panorama, los investigadores analizan una posible hipótesis: que el hecho esté vinculado con presiones extorsivas hacia el establecimiento. Aunque no existe una confirmación oficial, esta línea ha tomado fuerza debido al contexto actual que vive la ciudad, donde los cobros ilegales han dejado de concentrarse únicamente en el centro y se están extendiendo hacia distintos barrios, afectando a comerciantes que han reportado amenazas y ataques recientes.
Las autoridades continúan recopilando información para esclarecer un crimen que incrementa la preocupación en una zona donde la violencia ligada a extorsiones ha ido en aumento.