Un incidente de tránsito que en principio parecía haber quedado resuelto terminó convirtiéndose en un ataque atroz que sacudió al barrio El Porvenir, al norte de Armenia, Quindío. Julio César Moscoso Echeverry, de 89 años, y su hija Luz Amparo Moscoso Palomino, de 65, fueron asesinados luego de que su vivienda fuera impactada por un vehículo cuyo conductor, según las versiones preliminares, perdió el control antes de estrellarse contra la fachada.
Tras el choque inicial, se generó una discusión que, aunque tensa, culminó —según relataron los testigos a las autoridades— con un acuerdo económico para cubrir los daños. Nadie imaginaba que el conflicto escalaría minutos después hasta convertirse en un crimen que ha generado consternación en todo el departamento.
La Policía del Quindío reportó que el ataque ocurrió a la 1:45 p. m. del domingo 16 de noviembre. De acuerdo con los testimonios, un automóvil se detuvo frente a la vivienda de los Moscoso y de él descendieron varias personas que, “sin mediar palabra”, abrieron fuego contra los dos adultos.
Las autoridades confirmaron que además de los disparos, las víctimas también habrían sido agredidas con armas blancas, lo que evidencia el nivel de brutalidad del ataque.
Según dio a conocer Vanguardia, el coronel Luis Fernando Atuesta, comandante de la institución en el departamento, condenó lo ocurrido y señaló que se trata de un caso de “intolerancia extrema”. Añadió que ya avanzan en la verificación de pistas que permitan identificar a los responsables. El vehículo utilizado para perpetrar el ataque fue abandonado a pocos metros del lugar y está en poder de los investigadores. “No vamos a permitir que este crimen quede en la impunidad. Estamos trabajando para ubicar y capturar a los autores”, aseguró.
La comunidad del sector no solo llora la pérdida, sino que también reclama respuestas. Para los habitantes de El Porvenir, Julio César Moscoso era uno de los fundadores del barrio y su hija, Luz Amparo, una lideresa comprometida que se desempeñó como tesorera de la Junta de Acción Comunal. María Antonia Melo, presidenta de esta organización, lamentó la tragedia y expresó su dolor por la partida de dos figuras fundamentales para el desarrollo del sector. “Era una familia ejemplar. Esto no solo es un acto de intolerancia, es una herida para toda la comunidad”, afirmó en diálogo con un medio regional.
Melo hizo además un llamado urgente a las autoridades: “Aquí matan y no pasa nada. Necesitamos recuperar la paz y la seguridad”.
La Policía y la Fiscalía continúan recopilando información para establecer si las personas involucradas en el choque inicial fueron las mismas que regresaron armadas para cometer el crimen, en un caso que hoy tiene conmocionada a toda la ciudad.