Un nuevo hecho de violencia volvió a estremecer al municipio de San Zenón, en el departamento del Magdalena, tras el asesinato del arquitecto Sergio Andrés Urda Panzza, quien se encontraba vinculado a la obra de reconstrucción del parque principal. El hecho ocurrió este sábado, 15 de noviembre, y ha generado conmoción tanto en la comunidad local como en su pueblo de origen, Talaigua Nuevo, Bolívar.
De acuerdo con testigos, dos hombres armados que se movilizaban en motocicleta interceptaron al profesional mientras este se encontraba sentado en una silla Rimax, aparentemente tomando un breve descanso de sus labores. Sin mediar palabra, los sicarios le dispararon en repetidas ocasiones, impactándolo de manera mortal. Uno de los tiros habría sido efectuado directamente en la cabeza, provocando su muerte inmediata.
La escena dejó atónitos a los presentes, quienes observaron cómo el cuerpo de ‘Cheyo’, como era conocido entre sus conocidos, quedó tendido boca arriba en medio de un charco de sangre.
Sergio Urda Panzza era conocido por su compromiso con el desarrollo de las obras públicas y por su dedicación profesional, había asumido un papel clave en los avances del proyecto del parque central de San Zenón. Su inesperada muerte ha generado consternación entre colegas, amistades y habitantes de Talaigua Nuevo.
Autoridades investigan posible vínculo con extorsiones
Las primeras indagaciones de las autoridades apuntan a que el homicidio estaría relacionado con el no pago de extorsiones que habrían sido exigidas por grupos delincuenciales que operan en esta zona del Magdalena.
La modalidad de cobro ilegal se ha convertido en un flagelo recurrente para contratistas, comerciantes y transportadores, quienes denuncian ser víctimas constantes de amenazas.
Aunque no se han revelado detalles adicionales, los investigadores trabajan para identificar a los responsables y esclarecer si existe una relación directa entre el crimen y las redes de extorsión que afectan al municipio.
El asesinato de Sergio Urda Panzza deja un profundo dolor en su familia y en los habitantes de Talaigua Nuevo, mientras que en San Zenón aumenta la preocupación por la seguridad y el temor entre quienes participan en proyectos públicos.