La justicia ordenó medida de aseguramiento en centro carcelario contra el taxista José Eduardo Chalá Franco, implicado en el grave accidente de tránsito ocurrido el pasado 8 de noviembre en el barrio Santa Rita, localidad de San Cristóbal, al sur de Bogotá. El hecho dejó 11 personas lesionadas, entre ellas cuatro menores de edad, dos de los cuales permanecen en estado de muerte cerebral.
La decisión se tomó durante una audiencia realizada en la tarde de este lunes 10 de noviembre, en la que la Fiscalía presentó ante el juez los elementos probatorios que vinculan al conductor con los delitos de homicidio en grado de tentativa y lesiones personales dolosas, ambos agravados.
Según la investigación, Chalá Franco, de 56 años, conducía un vehículo de servicio público —taxi de placas VDW- 626— bajo los efectos del alcohol, con restricción vigente de pico y placa y un historial de más de diez comparendos. Además, se determinó que circulaba a exceso de velocidad cuando perdió el control del carro, arrollando a un grupo de peatones que caminaba por una esquina del sector.
Menores entre las víctimas y máximo grado de alcoholemia
De acuerdo con el reporte de las autoridades, entre los lesionados se encuentran cuatro menores, dos de ellos de 7 y 15 años, quienes resultaron con graves heridas al ser los primeros impactados por el vehículo cuando transitaban de la mano de sus padres. Ambos permanecen en estado de muerte cerebral en el Hospital Santa Clara, donde reciben atención especializada.
Tras el accidente, la Policía Nacional trasladó al conductor al Hospital San Blas para una valoración inicial. Peritos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses confirmaron que el hombre presentaba grado tres de alcoholemia, el mayor nivel establecido en la normativa colombiana.
La Fiscalía aseguró que las verificaciones en el lugar de los hechos y la evidencia recopilada permiten establecer que el taxista, bajo efectos del alcohol, perdió el control del taxi, colisionó con varios peatones y finalmente se estrelló contra la fachada de una vivienda.
El ente acusador concluyó que la conducta del conductor representó un grave riesgo para la vida e integridad de las víctimas, por lo cual fue imputado por los delitos ya mencionados y enviado a la cárcel mientras avanza el proceso judicial.