La violencia volvió a estremecer las calles de Cúcuta, Norte de Santander, con el asesinato de Camilo Andrés Cañizares Cárdenas, un joven de 27 años que había sobrevivido a un ataque armado ocurrido en 2023, en el que murieron dos personas. Su muerte, ocurrida en la tarde del jueves en el barrio García Herreros, ha despertado sospechas de una posible represalia y dejó al descubierto la presunta desprotección que enfrentaba pese a haber pedido ayuda a las autoridades.
“Hace dos días él vino y yo le dije que por qué estaba en moto por ahí. Él sabía que no podía andar en la calle…”, lamentó un familiar, recordando las últimas palabras que intercambiaron antes del crimen.
Según dio a conocer La Opinión, el reloj marcaba la 1:30 de la tarde cuando una ráfaga de disparos interrumpió la tranquilidad del sector. Según testigos, Cañizares se encontraba frente a una vivienda ubicada en la calle 22 con avenida 2, cuando fue sorprendido por dos hombres armados a bordo de una motocicleta. Sin mediar palabra, los sicarios le dispararon en repetidas ocasiones —al menos 15— antes de huir a toda velocidad.
La víctima vestía camisa, sudadera y tenis negros. Su cuerpo quedó tendido sobre el pavimento, con el brazo izquierdo bajo el torso y rodeado de un charco de sangre, mientras el sol del mediodía iluminaba la escena.
Vecinos del lugar alertaron a las autoridades, y minutos después llegaron unidades de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) y de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), quienes se encargaron del levantamiento del cadáver y de iniciar las investigaciones.
Poco después, los familiares de Camilo llegaron al sitio y, entre lágrimas y gritos, denunciaron lo que consideraron una cadena de negligencias. “La Policía no sirve para nada, ni la Fiscalía. Les dijimos le tienen que dar protección. Todo lo que mi hijo les dijo, todo se publicó en las redes sociales”, expresó una pariente, visiblemente afectada.
El nombre de Camilo Cañizares había cobrado relevancia tras el doble homicidio del 28 de noviembre de 2023, ocurrido en el Anillo Vial Oriental, en el municipio de Los Patios. Esa madrugada, Cañizares viajaba en un Chevrolet Spark, placa RSC-636, junto con Julián Andrés Toscano Ríos (32 años) y Ana Fernanda Villamizar Luna (25), cuando fueron atacados por cuatro sicarios en dos motocicletas.
Los disparos hicieron que el conductor perdiera el control y se estrellara contra un poste. Toscano recibió dos impactos de bala y murió en el sitio, al igual que Villamizar, quien sufrió cuatro heridas de proyectil y quedó atrapada dentro del vehículo. Cañizares, herido, logró sobrevivir y fue trasladado a un centro asistencial, donde la Fiscalía lo interrogó sobre el crimen.
Fuentes judiciales revelaron que la información suministrada por Camilo fue clave para la investigación, pero también lo dejó expuesto. Parte de su testimonio fue divulgado públicamente, lo que habría revelado detalles de lo que sabía sobre el ataque y quiénes podrían estar detrás.
Información de La Opinión asegura que esa misma noche del doble homicidio, Cañizares había llamado a Toscano, quien trabajaba como conductor de InDriver, para que lo recogiera en un establecimiento del Centro Comercial Bolívar. Toscano llegó acompañado de Villamizar. Según los testimonios, el plan era dirigirse hacia un motel del Anillo Vial, donde Camilo se reuniría con una mujer conocida como Isis, quien lo había invitado a una fiesta. Sin embargo, al llegar, descubrieron que no había tal reunión y decidieron marcharse. Minutos después, fueron atacados.
Los últimos meses de Camilo Cañizares
En los meses posteriores, la vida de Camilo estuvo marcada por el miedo. Según su familia, solicitó protección al Estado, consciente del peligro que corría tras haber sobrevivido al atentado. Sin embargo, esa ayuda nunca llegó.
Su asesinato, con características de ajuste de cuentas o represalia, reabre interrogantes sobre el manejo de testigos en procesos judiciales en Cúcuta. Por ahora, las autoridades intentan determinar si el crimen guarda relación directa con aquel episodio del 2023 o si se trató de un nuevo conflicto criminal en el que el joven quedó atrapado.
Mientras tanto, su familia clama justicia: “Todo lo que mi hijo les dijo, todo lo publicaron. Lo dejaron solo, y ahora está muerto”.
El cuerpo de Camilo Andrés Cañizares Cárdenas fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, mientras la Policía avanza en la búsqueda de los responsables del asesinato que, según los investigadores, podría estar vinculado al oscuro entramado de violencia que continúa azotando el área metropolitana de Cúcuta.

