En hecho insólito ocurrió en el municipio de Landázuri, en Santander, hace pocos días y dejó a todos los residentes sorprendidos. Las autoridades, por su parte, se encuentran investigando y determinando las consecuencias legales.
Una mujer llegó al cementerio municipal, en la mañana del pasado miércoles 22 de octubre, se acercó a una bóveda, la abrió y sacó un cajón de madera ya deteriorado. Luego abrió el cajón y procedió a echarle agua, limpiarlo y cambiarle la ropa. Lea: Este es el docente que habría abusado sexualmente de 9 estudiantes en un colegio
Un vigilante del lugar, que pasó a dar la acostumbrada ronda, observó el momento y quedó impactado. No lo podía creer, por lo que sacó su celular y comenzó a grabar, además de pedirle a la mujer que dejara de hacer lo que hacía, advirtiéndole que era un delito y que él no se podía acercar a quitarla de allí porque estaba enfermo.
El vigilante llamó a sus compañeros y otros ciudadanos, uno de ellos sería familiar de la mujer, quienes estaban asombrados sin entender aún por qué la mujer hacía eso. Luego se supo que el cadáver era de Diego Expedito Moreno Rojas, un joven sepultado el 24 de julio de 2025 tras ser asesinado de una puñalada en el parque de Cimitarra, también en Santander. La mujer sería pariente de él.
Detalles de la profanación del cuerpo en el cementerio
Por otra parte, es probable que la mujer planeara con mucho tiempo lo que iba a hacer ya que, según testigos, varias veces había ido a la tumba y nunca se había atrevido a sacar los restos. Ese miércoles el sepulturero estaba incapacitado y ella hizo dicho acto. Además, la chica había comprado ropa para vestir el cadáver.

Los vigilantes llamaron a la Policía y fueron ellos los que retiraron a la mujer y trasladaron a una estación. Se desconoce en estos momentos cuál es su situación judicial y se cree que está siendo examinada por psicólogos.
“Voy a comprarle uno mejor. ¿Sabes qué, papacito? Le voy a comprar uno mejor”, decía la mujer al cadáver del joven mientras le medía un jean que había comprado recientemente.
Los testigos contaron que la joven llevó jabón, agua, crema dental, desodorante y perfume para aplicarle al joven, a quien le hablaba con mucho cariño.

