“La lancha atacada el (pasado) 16 de septiembre era colombiana, tenía un motor arriba en señal de daño y estaba apagada, presumiblemente estaba en aguas colombianas. Quien estaba allí era un pescador de toda la vida: Alejandro Carranza, que no ha vuelto a su casa”.
Eso ha manifestado este fin de semana el presidente Gustavo Petro a través de su cuenta X (antes Twitter), ante lo ocurrido con una lancha colombiana el pasado 16 de septiembre en el Mar Caribe.
En esa misma publicación, Petro solicitó a la Fiscalía General de la Nación intervenir “de inmediato” ante la posibilidad de que la lancha bombardeada por fuerzas estadounidenses en el Caribe el pasado 16 de septiembre perteneciera a Colombia y no a una red del narcotráfico, como lo ha sostenido Washington. Le puedo sugerir: Petro exige a la Fiscalía investigar ataque de EE.UU. a lancha colombiana
Este domingo 19 de octubre se ha conocido que Alejandro Andrés Carranza Medina, conocido cariñosamente como ‘Coroncoro’, tenía 40 años y era oriundo del corregimiento de Gaira, en Santa Marta.
Según su familia, el hombre había salido en faena de pesca en la madrugada del domingo 14 de septiembre, como lo hacía habitualmente, pero nunca regresó.
Horas después de salir a pescar, informa este domingo el medio Hoy Diario del Magdalena, salieron a relucir imágenes difundidas por medios internacionales que mostraban una lancha destruida tras un ataque aéreo en el Caribe. Los familiares del pescador aseguran haber reconocido la embarcación.
“Él salió a pescar como siempre, pero cuando vimos los videos, supimos que era la misma lancha. No es justo lo que pasó”, relató entre lágrimas Audenis Manjarrés, prima hermana de la víctima, en declaraciones a RTVC Noticias, compartidas por el propio presidente Petro.
“Alejandro Carranza es pescador, somos criados en familias pescadoras (…) no es justo que lo hayan bombardeado de esa manera. Una persona inocente que sale a buscar el pan de cada día”, agregó la pariente a RTVC Noticias.
Este incidente ocurrió en medio de una serie de operaciones militares impulsadas por el gobierno de Donald Trump en el mar Caribe, bajo el argumento de combatir el tráfico de drogas procedente de América Latina. De acuerdo con reportes internacionales, desde agosto las fuerzas estadounidenses habrían hundido al menos seis embarcaciones en esa zona, dejando cerca de 30 muertos.