Un nuevo hecho de violencia sacudió al municipio de Andes, en Antioquia, donde el joven Danilo Benjumea Gutiérrez, de 22 años, fue asesinado dentro de un billar en el barrio La Ceiba, en la noche del lunes 6 de octubre. Según las autoridades, los atacantes se movilizaban en motocicletas y dispararon en al menos nueve ocasiones contra la víctima, provocándole la muerte en el lugar.
De acuerdo con los testimonios recopilados por la Policía, los homicidas cubrieron sus rostros con cascos y tapabocas para no ser reconocidos. Uno de ellos ingresó al establecimiento, mientras el otro permaneció afuera esperando que el agresor regresara para huir juntos del sitio. Los disparos, efectuados sin mediar palabra, generaron pánico entre los presentes, quienes se refugiaron tras las mesas de juego para evitar ser alcanzados por las balas.
El Colombiano dio a conocer que, tras el ataque, las autoridades iniciaron un operativo de búsqueda apoyado en las cámaras de seguridad del billar y las del perímetro urbano de Andes, con el fin de identificar las rutas de escape y las características de los agresores.
En el lugar del crimen, los investigadores hallaron dos bolsas pequeñas con un polvo blanco, al parecer cocaína. Esta evidencia los ha llevado a analizar si el crimen podría estar relacionado con disputas entre estructuras dedicadas al microtráfico en la región.
El homicidio de Benjumea Gutiérrez se suma a la creciente ola de violencia que enfrenta este municipio. Con este caso, Andes acumula 54 asesinatos en lo que va del año, cifra que constituye un récord histórico para la localidad, donde hasta ahora nunca se habían superado los 45 homicidios en un año completo. La comparación con el año pasado es alarmante: mientras en 2024 se registraron 20 asesinatos, en 2025 la cifra ha aumentado en 34 casos más.
Según las autoridades, este incremento se debe principalmente a las disputas entre facciones del Clan del Golfo, identificadas como la Edwin Román Velásquez Valle, Carne Rancia y La Erre. A este conflicto se han sumado bandas como El Mesa y La Terraza, esta última operando en la zona bajo el nombre de La Oficina de Andes.
Las autoridades locales mantienen los operativos de control y han reforzado la presencia policial en el municipio, mientras la comunidad vive con temor ante la escalada de violencia que, una vez más, deja a un joven asesinado en circunstancias que apuntan al conflicto entre grupos criminales por el control del territorio y el microtráfico.