Un caso que parece sacado de una historia de ficción ocurrió en Cúcuta, donde un hombre fue capturado dos veces en menos de 24 horas por distintos delitos. La situación, que generó sorpresa entre las autoridades, involucra a Sergio Andrés Rojas Ureña, de 31 años, un presunto delincuente con amplio prontuario judicial.
Según el informe de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), la primera captura se produjo en la tarde del domingo 28 de septiembre en el barrio Magdalena, durante un operativo de control y verificación de antecedentes. Los uniformados identificaron al hombre y, al ingresar su número de identificación en el sistema, comprobaron que tenía una orden de captura vigente emitida por el Juzgado Promiscuo Municipal de Sardinata, por los delitos de concierto para delinquir y hurto calificado.
Rojas Ureña fue trasladado al CAI de Alfonso López para confirmar la información con la Seccional de Investigación Criminal (Sijín), donde se verificó que la orden había sido expedida el 18 de septiembre de 2020. Posteriormente, fue entregado a la Fiscalía, que asumió el proceso. Sin embargo, debido a la falta de elementos probatorios contundentes, el capturado fue dejado en libertad tras definir su situación jurídica.
Esa libertad, sin embargo, duró poco. En la mañana del lunes 29 de septiembre, cuando Rojas caminaba por la avenida Gran Colombia con Diagonal Santander, fue nuevamente interceptado por las autoridades. En esta ocasión, los agentes ejecutaron otra orden judicial, esta vez por homicidio y porte ilegal de armas de fuego o municiones, delitos considerados de mayor gravedad.
Las autoridades confirmaron que, tras la recaptura, el hombre fue trasladado nuevamente a la Fiscalía, donde se avanzó en su proceso de judicialización. Su caso no pasó desapercibido, pues ya figuraba en investigaciones anteriores relacionadas con estructuras delictivas que operan en la región.
Durante las audiencias concentradas, un juez de control de garantías dictó medida de aseguramiento intramural, por lo que Rojas Ureña fue enviado a un centro carcelario, donde permanecerá mientras avanzan las investigaciones.
El episodio ha reavivado el debate sobre la eficacia de las medidas judiciales frente a la reincidencia criminal, un problema que sigue afectando la seguridad en Cúcuta y sus alrededores.