“Siempre con tu sonrisa y con toda esa alegría que te definía. Dios la reciba en su reino”. “Mi prima, que triste noticia. Tan alegre que eras. Descansa en paz”. “Que devastador es amanecer con estas noticias. Descansa mujer hermosa, porque bien trabajadora, amorosa y servicial si eras. Que triste es esto mi Lili”.
Lilibeth Baes Villadiego era sinónimo de alegría, de diversión, de mujer luchadora y trabajadora. No en vano, familiares, amigos, vecinos y habitantes del municipio de Arjona la recuerdan de esa manera con un sinnúmero de mensajes que no han dejado de publicar en las redes sociales.
Lili Baes, como era conocida en su natal Arjona, tenía 36 años y tres hijos; un varón, que es el mayor, y dos mujeres, ambas menores de edad. Con ellos residía en el barrio La Esperanza, también conocido como Care Perro. Le puedo sugerir: Dolor e intolerancia en Arjona: a Lili Baes Villadiego la mató su yerno
A la mujer, de acuerdo con versiones conocida por El Universal, la asesinaron de un machetazo en el pecho en medio de una riña familiar que ocurrió en la mañana de este domingo 5 de octubre cerca de su casa, en el barrio Las Margaritas.
Un reporte de la Policía de Bolívar indica que el presunto agresor de Lilibeth sería presuntamente su yerno, un hombre identificado como Marcelino Gabriel Jaramillo Beltrán, de 22 años, quien ya está capturado y a disposición de la Fiscalía General de la Nación.
De acuerdo con las primeras informaciones, unidades policiales fueron alertadas por la comunidad sobre una riña entre personas conocidas. Al llegar al sitio, los uniformados fueron informados de que la víctima había resultado lesionada con un arma cortopunzante a la altura del pecho. La mujer fue trasladada de inmediato al hospital local de Arjona, donde los médicos en turno confirmaron su deceso”, señala la Policía.
Detalla la Policía Nacional que “gracias a la rápida reacción de los uniformados, y a la oportuna colaboración ciudadana, se logró la captura en flagrancia del presunto agresor, identificado como Marcelino Gabriel Jaramillo Beltrán, quien sería el yerno de la víctima. Según versiones preliminares, el hecho se habría originado en medio de una discusión de tipo familiar”.
Así fue el brutal ataque contra Lili Villadiego: habla su familia
Pablo Baes, hermano de Lilibeth, habló con El Universal en la mañana de este lunes en la parte externa de la morgue de Medicina Legal y contó qué fue lo que realmente ocurrió en la mañana del domingo en el barrio Las Margaritas, de Arjona.
El familiar explicó que una hija de Lili, la segunda, de 17 años, vivió en unión libre durante un tiempo con quien hoy es señalado como presunto homicida. De esa unión, hay una niña. Esa relación, sin embargo, se resquebrajó por las agresiones y malos tratos que la hija de Lili recibía de su pareja, hasta tal punto, según Pablo, que la joven tuvo dejarlo, denunciarlo y ponerle una orden de alejamiento.
Desde hace un mes, cuando la joven decidió dejar a su pareja, este sujeto comenzó a acosarla y a pedirle que volvieran. Lilibeth, consciente de eso, no dudó en dejar un solo momento a su hija.
El sábado, 4 de octubre, madre e hija se fueron a una reunión familiar y al regresar, en la madrugada del domingo, fueron increpados en la puerta de su casa por la expareja de la hija de Lilibeth. Hubo una discusión ahí mismo e inicialmente las cosas no pasaron a mayores porque Lili no dejó que agredieran a su hija.
Poco después, relata el pariente, el sujeto fue a su casa y regresó con un machete para atacar a la adolescente. Lilibeth se interpuso en medio de los dos y en medio de ese lance recibió el machetazo que le provocó la muerte casi al instante, pese a que la llevaron rápidamente al Hospital Local de Arjona. El presunto agresor fue capturado esa misma mañana por la Policía; aunque algunas versiones dice que se entregó.
Lo cierto es que en Arjona hay consternación y dolor por este brutal asesinato, cuyo motivo exacto que lo originó aún está bajo investigación.
“Hoy la esquina está en silencio, el eco de su voz se quedó flotando en el aire, y el viento parece susurrar su risa, como si se negara a dejarla ir. Le arrebataron la vida, pero no su luz. Porque quienes la vieron sonreír, llevan un pedacito de ella en el alma”, señala una publicación en Facebook de Catito Crochet.