Un grave incidente se registró a las 4:30 de la tarde del miércoles 24 de septiembre en el barrio Morrorico de Bucaramanga, cuando un árbol de gran tamaño se desplomó en medio de las intensas lluvias y cayó sobre una vivienda ubicada a un costado de la vía nacional que comunica a la capital santandereana con Cúcuta.
En el inmueble se encontraba Azucena Vera, una mujer de 71 años, quien quedó atrapada bajo las ramas que invadieron la casa y destruyeron parte del techo y los enseres. El fuerte estruendo alertó a sus familiares y vecinos. Su hijo, Carlos Ribera, relató el momento de pánico: “Fue un fuerte estruendo como el que jamás había escuchado y enseguida vi cómo el techo se venía abajo y las ramas del árbol invadían el inmueble, destrozando todo”.
Vanguardia confirmó que la adulta mayor no pudo salir por sus propios medios, ya que las ramas bloquearon las salidas de la vivienda. De hecho, en un primer momento los vecinos pensaron que no estaba en el lugar. Solo hasta que ingresaron pudieron hallarla. Uno de ellos recordó: “Ella estuvo como una hora sola ahí encerrada. Yo llegué y la sacamos. No sabíamos dónde estaba”.
Azucena sufrió una contusión producto del golpe de una de las ramas, aunque se encuentra estable. Sus familiares esperan que reciba una valoración médica completa, ya que padece de hipertensión y problemas cardíacos.
El balance de daños materiales en la vivienda aún no se ha establecido, pero prácticamente todo el techo y los electrodomésticos resultaron afectados. Además, otras tres casas vecinas fueron evacuadas como medida preventiva ante el riesgo de nuevos deslizamientos o caídas de árboles.
La emergencia obligó al cierre total de la vía Bucaramanga–Cúcuta por más de tres horas, generando gran congestión vehicular. El Cuerpo de Bomberos de Bucaramanga trabajó con motosierras y maquinaria especializada para remover el tronco y despejar la carretera.
El desplome también ocasionó afectaciones en la red eléctrica al derribar cables de un poste cercano, por lo que cuadrillas de la Electrificadora de Santander atendieron la situación para restablecer el servicio en la zona.
Aunque el susto fue mayúsculo, la rápida reacción de los vecinos permitió que la tragedia no fuera mayor. Entretanto, las autoridades evalúan los riesgos de nuevos incidentes, mientras la familia de Azucena espera apoyo para la recuperación de la vivienda que quedó seriamente dañada.