La comunidad del municipio de Ocaña (Norte de Santander) respira aliviada después de que Jonathan Santiago Urrea, un adolescente de 16 años, fuera liberado sano y salvo tras un angustioso secuestro que duró 14 días. El joven, que había sido raptado el pasado 20 de agosto, fue dejado en libertad en una zona remota del Catatumbo, una noticia que fue confirmada por el secretario de Gobierno de Ocaña, Fredy Arengas.
El secuestro de Jonathan había generado una profunda conmoción. El estudiante, que se dirigía a su finca en la vereda Venadillo después de salir de clases de la Institución Educativa Francisco Fernández de Contreras, fue interceptado por hombres armados. Estos lo obligaron a subir a un vehículo gris y se lo llevaron con rumbo desconocido, dejando a su paso la incertidumbre y el dolor de una familia desesperada.
Una intensa búsqueda y un final inesperado
Desde el momento en que se conoció la desaparición del joven, las autoridades de Ocaña activaron un plan candado con la esperanza de poder dar con su paradero antes de que los secuestradores lograran moverlo de la zona. Sin embargo, los captores fueron más rápidos y lo trasladaron hacia el municipio de Río de Oro, en el departamento del Cesar, y posteriormente a la peligrosa región del Catatumbo.
El vehículo utilizado en el rapto fue encontrado horas después, completamente quemado en una vía cercana al municipio de Convención, un claro indicio de la brutalidad y la falta de escrúpulos de los criminales.
Durante las dos semanas de cautiverio, la familia y los amigos de Jonathan vivieron en una angustia constante, con la esperanza de que el joven fuera liberado sano y salvo. Las autoridades continúan con la investigación para identificar y capturar a los responsables de este reprochable acto que mantuvo en vilo a toda una comunidad. Le puede interesar leer también: Mandan a la cárcel a 3 hermanos señalados de matar a puñaladas a un joven