Gustavo Andrés Moreno Cardoso, de 15 años, era un hincha fiel y apasionado del club de fútbol Millonarios, equipo de su ciudad de origen y al que acompañaba a cualquier ciudad en la que tuviera partido.
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REDACCIÓN SUCESOSEra un adolescente sociable, perteneciente a una barra y viajaba como polizón en mulas, entre otras formas. Tal parece que el pasado 23 de agosto salió de su casa con un grupo de amigos para dirigirse a Cartagena, en una tractomula. Lea: Este es Ángel, el niño que lucha por un riñón en el barrio La Candelaria
Millonarios se enfrentaba a Real Cartagena en la tarde del martes 26 de agosto y él no podía perderse el duelo. Todo marchaba bien en el viaje, pero unas horas después lo que pasó es un misterio y para sus seres queridos, una pesadilla.
Gustavo Andrés, a la altura del corregimiento El Centro, en Barrancabermeja, Santander, cayó al Río Colorado y desapareció. Sus amigos lo buscaron, supuestamente, pero no lo hallaron y siguieron su camino hacia Cartagena.
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Al llegar a su destino y confirmar que Gustavo no llegó, se alarmaron y fue entonces cuando se comunicaron con los familiares de este en Bogotá, avisándole que el menor había desaparecido en un río de Santander y que, probablemente estaba muerto.
Una familiar de la víctima contó a un medio local que “ Gustavo le pidió permiso a mi mamá para viajar, pero ella le dijo que no. Le explicó que era menor de edad, que el trayecto era peligroso. Pero él esperó a que se durmiera y se escapó”, dijo.
El menor no aparecía, es así como comenzaron a buscarlos usando las redes sociales y fue así como alguien se comunicó con ellos y le informó que en Barrancabermeja hallaron un cadáver con características similares a las de hincha.
“Nosotros nos contactamos con un mayor de la Sijín de allá, nos confirmó el hallazgo de un cuerpo. Nos dijo que tenía heridas de arma cortopunzante”, afirmó. Señaló que piensan que alguien lo atacó y lanzó al río.
Para los padres del menor es dolorosa la indiferencia de los supuestos amigos de viaje del menor y la falta de interés por colaborar en la investigación. “Ellos recogieron sus pertenencias y se fueron, no avisaron a la Policía ni pidieron ayuda. Ninguno ha hablado con nosotros y nos ha contado qué pasó”, denunció una hermana de la víctima.
Las investigaciones siguen sobre el caso que deja en evidencia el peligro de estas maniobras usadas por polizones.