El mar del Golfo de Urabá guardó durante varios días el paradero de Julio Lara Gutiérrez, un joven de 17 años que fue reportado como desaparecido el pasado 12 de agosto luego de un accidente marítimo en el municipio de Turbo, Antioquia. Su búsqueda terminó con el hallazgo de su cuerpo en la playa Cañaflechal, en Necoclí, confirmando la tragedia que su familia y la comunidad temían desde la noche del siniestro.
La Alcaldía de Turbo no tardó en pronunciarse tras la confirmación del hallazgo. “Desde la Administración Distrital de Turbo lamentamos profundamente el fallecimiento de Julio Lara Gutiérrez, joven que perdió la vida en el accidente marítimo del pasado 12 de agosto. Expresamos nuestras más sinceras condolencias a sus padres, familiares y allegados en este difícil momento”, expresó la entidad en un comunicado que reflejó el impacto del hecho en toda la región.
Desde la Administración Distrital de Turbo lamentamos profundamente el fallecimiento de Julio Lara Gutiérrez, joven que...
Publicada por Alcaldía Distrital de Turbo en Sábado, 16 de agosto de 2025
El accidente que costó la vida al menor se produjo cuando una unidad de Guardacostas de la Armada de Colombia adelantaba un procedimiento de interdicción marítima. Esa noche, una embarcación sospechosa navegaba a gran velocidad por el sector de Punta de Piedra, en Turbo, y al intentar interceptarla, la nave oficial chocó con una lancha artesanal que se encontraba en faena de pesca. Lea también: Andrés, el menor que se ahogó mientras jugaba con sus amigos en Cartagena
De acuerdo con la Armada, la pequeña embarcación no contaba con señalización y se encontraba operando fuera del horario permitido. “La Armada de Colombia se permite informar a la opinión pública que, en hechos que son objeto de investigación el 12 de agosto en horas de la noche (…) se produjo una colisión con una embarcación artesanal que adolecía de señalización y se encontraba realizando pesca fuera del horario establecido”, señaló la institución naval.
Tras el choque, la prioridad de los uniformados fue auxiliar a los ocupantes de la embarcación artesanal. Lograron rescatar con vida a un adulto que fue trasladado de inmediato a un centro asistencial de Turbo, donde permanece bajo observación médica.
Fue precisamente este hombre quien, en medio de la atención recibida, advirtió que con él viajaba un menor de edad que no había aparecido tras el accidente.
La Armada explicó lo ocurrido en ese momento: “Ante el siniestro, se suspendió el procedimiento en curso por parte del comandante de la Unidad de Guardacostas, activando los protocolos de búsqueda y rescate, logrando salvaguardar la vida de un hombre adulto (…) Posteriormente, el rescatado manifestó que en la embarcación lo acompañaba otra persona, que horas más tarde, se confirmó se trataría de un menor de edad”.
Durante tres días, miembros de la Armada Nacional, organismos de socorro y habitantes de Turbo se dedicaron a rastrear las aguas del Golfo de Urabá. Según dio a conocer El Colombiano, familias enteras de pescadores participaron en la labor, mientras los allegados del joven mantenían la esperanza de un desenlace diferente. Sin embargo, el 15 de agosto la noticia fue devastadora: un cuerpo apareció flotando en inmediaciones de la playa Cañaflechal, en Necoclí, y tras la verificación de la vestimenta se confirmó que se trataba de Julio Lara Gutiérrez.
Investigación en curso por la muerte de Julio Lara
El caso abrió un debate en la región sobre las condiciones en que se realizó la operación de interdicción y sobre la seguridad en las maniobras marítimas. La Armada ha reiterado que el hecho es materia de investigación interna y que se adoptarán las medidas correspondientes una vez se establezca con claridad lo sucedido.
Mientras tanto, en Turbo y Necoclí se respira un ambiente de duelo. La historia de Julio Lara Gutiérrez se suma a las tragedias que cada cierto tiempo golpean a las comunidades costeras, donde la vida cotidiana depende en gran medida del mar. En este caso, la combinación de un procedimiento militar y la vulnerabilidad de una embarcación artesanal derivó en la pérdida irreparable de un joven cuya vida recién comenzaba.
Con el hallazgo del cuerpo, la familia de Julio podrá darle sepultura, aunque el dolor de su ausencia permanecerá. Para la comunidad, el clamor ahora es que la investigación esclarezca cada detalle del accidente y que hechos similares no vuelvan a repetirse en las aguas del Golfo de Urabá. Le interesa: Así era Néstor Pérez, el destacado futbolista que hallaron muerto en Los Alpes