Álvaro José Soto Pacheco, de 34 años, fue asesinado el fin de semana en un violento ataque sicarial ocurrido en el barrio Tejelo, comuna 5 (Castilla), al noroccidente de Medellín, Antioquia. El hombre, que figuraba en el cartel de los más buscados por hurto, había recuperado la libertad apenas ocho días antes, luego de que un juez revocara la medida de detención que cumplía por un caso de robo y homicidio.
De acuerdo con el informe preliminar, el crimen se registró en la carrera 74 con calle 109, donde Soto Pacheco se reunió con dos hombres y sostuvo con ellos una larga conversación que, con el paso de los minutos, se tornó acalorada.
Testigos relataron que hubo manoteos y discusiones. Cuando la víctima se disponía a abordar una motocicleta como pasajero, dos hombres en otra moto llegaron al lugar y le dispararon en repetidas oportunidades. Gravemente herido, fue trasladado al Hospital Pablo Tobón Uribe, donde falleció antes de recibir atención médica. Lea aquí: Este es el hombre que mató a Sharit Pabón por el robo de una gorra
Las autoridades manejan inicialmente la hipótesis de un acto de intolerancia, aunque no descartan que el asesinato esté relacionado con su prontuario criminal y procesos judiciales pendientes. Incluso, se conoció que días atrás un familiar lo había amenazado de muerte, presuntamente por su participación en un hecho de hurto previo a su captura.
Soto Pacheco tenía antecedentes por hurto calificado y agravado, y era señalado en varios casos similares. El hecho que lo llevó a prisión ocurrió entre el 12 y 14 de septiembre del año pasado en el barrio San Germán, cuando, en compañía de su pareja, Deisy Johana Gómez Ocampo, habría interceptado a un comerciante con la intención de robarlo. Según la Fiscalía, el hurto se habría consumado dentro de una propiedad y, durante el hecho, Soto Pacheco le disparó a la víctima, causándole la muerte.
El Colombiano dio a conocer que tras el asesinato del comerciante, el cuerpo fue llevado hasta un sector despoblado de la vereda San José de la Montaña, en el corregimiento de San Cristóbal, donde fue abandonado. Días después, un grupo de caminantes halló el cadáver, sin documentos que permitieran su identificación inmediata.
La captura de Soto Pacheco y Gómez Ocampo se produjo el 20 de octubre del año pasado. Desde entonces permaneció recluido en un centro carcelario, hasta que, la semana pasada, un juez revocó la medida, decisión que, según las autoridades, podría estar vinculada con el trágico desenlace que tuvo apenas unos días después. Lea también: Sicarios entraron a una casa y mataron a balazos a hombre y mujer