“Eduardo era una persona que inspiraba admiración y respeto por su liderazgo y dedicación. Su partida nos deja un vacío difícil de llenar, y su ausencia se sentirá profundamente en nuestra institución. Aunque ya no esté con nosotros, su legado y su memoria perdurarán en nuestras mentes y corazones. Recordaremos sus bromas, su sentido del humor y su capacidad para unir a las personas”.
Con mensajes como ese despiden en las redes sociales a Eduardo Guardo Lanz, a quien asesinaron brutalmente con pico de botella y daga en medio de una violenta riña que ocurrió en la madrugada de este lunes 4 de agosto en el barrio Olaya Herrera, en la calle conocida como La Villa. Le puedo sugerir: Este era Emilson Blanquicett, el piloto de lancha que mataron en Bruselas

Guardo Lanz, de 52 años y padre de dos hijos, era pensionado del Ejército Nacional (se jubiló como sargento) y estaba a punto de graduarse en los próximos días como ayudante de enfermería en la Cruz Roja. En su perfil de la red social Facebook dice que trabajaba en enfermería y que estudiaba en la Cruz Roja.
Aunque este hecho de sangre no ha sido reportado de manera oficial por la Policía Metropolitana, El Universal llegó este martes al sitio de los hechos y a la vivienda donde residía la víctima para conocer las circunstancias en que ocurrió el crimen.
Así fue la brutal riña en la que mataron a Eduardo Lan en Olaya Herrera
Un sobrino de la víctima le contó este martes a El Universal que Eduardo llegó a su casa (en Olaya Herrera, sector El Tancón) el domingo (3 de agosto) para participar de una misa en memoria de familiar que fue asesinado un año antes en medio de un atraco que sucedió en Cartagena. Le puede interesar: 4 capturados por el asesinato del ingeniero Diego Morillo en Turbana
Luego de la reunión, tío y sobrino salieron a tomarse unas cervezas. Ya era domingo en la noche. Inicialmente fueron a un estadero cercano y luego, cuando cerraron las puertas de ese negocio, se trasladaron a una discoteca que está en la calle La Villa, que funciona hasta más tarde.

“Estábamos compartiendo en familia (tío, sobrino y cuatro mujeres) cuando de un momento a otro unos muchachos que están en otra mesa ponen una canción sentimental y en medio de su celebración lanzan cerveza al aire. Mi tío (Eduardo) se les acerca y les dice a los muchachos que no tiren la cerveza, que nosotros estamos cerca”, recuerda el pariente.
El sobrino de Eduardo dice que no escuchó muy bien que les dijeron los muchachos a su tío. “Uno de los tipos que yo conozco me dijo: ‘listo compa, no pasa nada’, y yo me confíe”, precisa.
Cuenta el allegado que una de sus acompañantes, prima suya, volvió a decirle a otra mujer que estaba con los muchachos que se quedaran quietos, que no siguieran alegando, “pero vino la mujer esa y le tiró cerveza a la prima mía. Mi prima también le echó cerveza encima y a partir de ese momento se comenzaron a agarrar las dos mujeres de los pelos. Yo me percato y comienzo a agarrar a la prima mía”, relata el sobrino de Eduardo.
Manifiesta el sobrino del pensionado del Ejército que cuando se voltea vienen esos mismos jóvenes con picos de botella y se le fueron enseguida a su tío. “Yo le dije a uno de los tipos que se calmara, que ese era su tío, pero cuando me doy vuelta, me atacó en la mano izquierda con el pico de botella”.

En medio de la pelea apareció un tipo armado con una daga reclamando supuestamente que a su mujer, que estaba con los jóvenes que discutían con tío y sobrino, la habían agredido en la cabeza durante esa riña.
Ese sujeto, conocido como ‘Remberto’, se sumó a la reyerta y fue uno de los cinco tipos que brutalmente atacó a Eduardo Guardo, quien cayó al suelo tratando de ayudar a su sobrino y protegiéndose solo con una silla que usaba como defensa para repelar la agresión.
Guardo Lanz fue atacado con la daga y con picos de botella de cervezas. Quedó agonizando en la tarima de la discoteca a causa de las cinco heridas que sufrió en el pecho, cabeza y otras partes del cuerpo. Su sobrino también quedó lesionado en un brazo, al igual que otras dos personas que no han sido identificadas.
El estudiante de enfermería fue trasladado aún con vida al Hospital Universitario del Caribe, pero los esfuerzos resultaron en vano.
Hasta el momento no se han conocido de capturas por este brutal crimen dentro de un establecimiento público. Lo que sí pudo confirmar El Universal es que el sitio de diversión nocturna fue sellado hasta nueva orden por las autoridades administrativas de la ciudad.