El asesinato del ingeniero civil Diego Armando Morillo Cabrera a manos de dos hombres en moto que le dispararon cuatro veces en su sitio de trabajo, en la construcción de un megacolegio en Turbana, sigue provocando conjeturas e hipótesis sobre los posibles móviles del atentado, que ocurrió a plena luz del día.
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REDACCIÓN SUCESOSEl homicidio sucedió justo a la 1:30 de la tarde del pasado martes 22 de julio y un día después, en un consejo de seguridad con la presencia de las autoridades policiales y gubernamentales de Bolívar, la Alcaldía de Turbana ofreció una recompensa de hasta $30 millones a quien entregue información que permita la captura de los responsables del ataque contra Morillo Cabrera, de 29 años y oriundo del municipio de Villanueva (La Guajira). Le puedo sugerir: Diego Morillo, el ingeniero que mataron en el megacolegio de Turbana
Este fin de semana, diez después de ese asesinato que provocó consternación en Bolívar y La Guajira, el gobernador de Bolívar, Yamil Arana, ha confirmado a través de su cuenta de X (antes Twitter), la captura de cuatro presuntos implicados en el crimen.
Ha revelado Arana que gracias a el liderazgo de la Policía Metropolitana de Cartagena, en cabeza del brigadier general Yesid Peña Araque, y en trabajo coordinado con la Fiscalía General de la Nación, “hemos logrado la captura de cuatro integrantes del Clan del Golfo, quienes presuntamente habrían participado en el asesinato de un joven Ingeniero en el municipio de Turbana”.
Los detalles del operativo que permitió la aprehensión de estos sujetos, así como sus identidades y los posibles móviles que rodean este asesinato serán posiblemente revelados en la mañana de este lunes 4 de agosto, en una rueda de presa con la Gobernación de Bolívar y la Policía Metropolitana.
Los cuatro individuos, por lo pronto, serán presentados ese domingo (3 de agosto) ante un juez con funciones de Control de Garantías en las audiencias preliminares de legalización de captura, imputación de cargos y solicitud de medida de aseguramiento.
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Era la 1:30 de la tarde de ese martes 22 de julio. El ingeniero residente o pasante estaba laborando en esos momentos en la construcción de un megacolegio en Turbana cuando aparecieron varios sujetos en moto y, según testigos, uno de ellos bajó, llamó a Diego, hablaron unos segundos y luego le disparó. Le puede interesar: Ofrecen millonaria recompensa por los asesinos del ingeniero Diego Morillo
El ingeniero recibió cuatro balazos, uno de ellos en la cabeza, y murió en el lugar de los hechos, ante la mirada atónita de sus compañeros. “El ingeniero se alejó un poco de sus compañeros y comenzó a hablar con ese hombre que llegó en moto. Eran como ocho tipos los que llegaron”, manifestó uno de los testigos a las autoridades.
El jueves 24 de julio, el secretario de Seguridad de Bolívar, Manuel Berrío, reveló que los mismos sujeto que mataron al ingeniero serían los mismos que llegaron a ese mimo lugar el día anterior, en la noche, a bordo de una moto.
Los hombres, confirmó Berrío, le dejaron a una persona en la construcción un papel con un número de teléfono y un nombre. “Al día siguiente en la mañana llegan de nuevo y ya en esta oportunidad impactan cuatro veces contra la persona que lamentablemente falleció”, dice el funcionario gubernamental.
Sobre si este homicidio estaría relacionado con un presunto caso se extorsión, el Secretario de Interior anotó que “esto de un día a otro no es normal y no es coherente con un hecho de extorsión”.
Agrega Berrío, “profundizando un poquito, no coincide este hecho victimizante con hechos anteriores de extorsión hacia algún tipo de contratista o persona dentro del departamento de Bolívar. No sabemos si fue que cambió la metodología o si cambió la estructura criminal que la está haciendo; o si por el contrario tiene que ver con temas personales directamente con quienes están liderando la obra o con la persona que falleció lamentablemente”.
Para Manuel Berrío, “normalmente, las estructuras no matan a la ‘gallina de los huevos de oro’. Ellos van escalando en la medida de que va avanzando el tiempo; y llegan a espichar los carros, a dispararle a un carro; incluso, hasta quemar carros como lo he visto anteriormente, pero eso se da durante meses y meses de insistir en el pago de extorsión”.
“Estamos abierto hasta el momento a cualquier tipo de consideraciones, pero haciendo un análisis integral de lo que está sucediendo podríamos decir que no es coherente con un caso de extorsión”, puntualizó Manuel Berrío.