Una profunda consternación invade a la comunidad de Ocaña, Norte de Santander, luego de que se confirmaran dos casos trágicos en los que hermanos fueron asesinados por sus propios familiares en el marco de disputas por herencias familiares. Los casos, ocurridos en distintos momentos pero con un mismo trasfondo, evidencian cómo los conflictos por bienes heredados pueden escalar hasta consecuencias irreversibles.
El caso más reciente ocurrió el pasado viernes, 18 de julio, en el barrio Carretera Central. Rafael Salazar, un soldador de 60 años conocido por su pasión por el ciclismo, fue asesinado a tiros en su propio taller de ornamentación, supuestamente por su hermano, quien le disparó en medio de una discusión por la herencia de su padre, Pedro Salazar, fallecido hace 17 años. La víctima fue hallada sin vida por otros familiares que llegaron al lugar tras notar su ausencia.
Luz Marina Ramírez, esposa del ciclista, dejó un contundente y conmovedor mensaje en su perfil de la red social de Facebook despidiéndose de su pareja.
“Gracias por ser ese excelente padre, esposo y amigo. Solo pido a Dios que se haga justicia, que tu muerte no quede impune. Que tristeza y dolor siente mi corazón, que tu propio hermano te haya arrebatado la vida por la avaricia y la envidia”, escribió en su perfil.
Primer caso de asesinato entre hermanos
El primer caso tuvo lugar el pasado 20 de abril, Domingo de Resurrección, en el barrio San Fermín. Ese día, una discusión entre hermanos por la repartición de un terreno heredado por parte de su padre terminó en una violenta riña. Carlos Andrés Arias Becerra, uno de los involucrados, fue atacado con un arma blanca por uno de sus propios hermanos, recibiendo cinco heridas que le causaron la muerte.
La comunidad del sector, que ya había presenciado enfrentamientos anteriores entre los hermanos por los límites del terreno, quedó en shock al ver que el conflicto escaló hasta un asesinato. Uno de los presuntos responsables fue capturado tras el crimen. Puede leer también aquí: Sicario que asesinó a campeón nacional de pesas se fugó de una clínica
Ambos crímenes, separados por meses pero unidos por un mismo trasfondo de conflictos hereditarios, han encendido las alarmas sobre la gravedad que pueden alcanzar las disputas familiares no resueltas.