Una tragedia laboral conmocionó al municipio de Girón, Santander, en la mañana del miércoles 18 de junio, cuando Nelson Lascarro Mora, de 34 años, y su sobrino Carlos Daniel Lascarro Alcocer, de apenas 20, murieron tras ingresar a un camión cisterna para rescatar a su compañero atrapado. Su acto de valentía se convirtió en un intento desesperado por salvar una vida, sin saber que también perderían la suya.
El incidente ocurrió hacia las 8:14 a.m. en el taller de metalmecánica industrial JL Lascarro SAS, ubicado en la calle 6 #17B-06, en la vía a El Palenque, kilómetro 1. Allí, Javier Ortiz Ramos, un operario de 43 años, había ingresado por una de las claraboyas a una cisterna para realizar labores de limpieza. Por causas que aún son materia de investigación, aparentemente se produjo una explosión al interior del cilindro debido a una saturación de gases inflamables.
Fue como una bomba. El estallido fue durísimo. Se sintió ese cimbronazo... Enseguida, dos compañeros, un muchachito y su tío, corrieron para tratar de sacarlo, pero también respiraron los gases”.
Testigo.
Nelson y Carlos Daniel, movidos por su sentido de humanidad, descendieron al tanque sin equipos de protección. En medio de su heroísmo, ambos se desplomaron tras inhalar los gases tóxicos. Asegura Vanguardia que, según testigos, los dos hombres sufrieron taquicardias severas, y a pesar de haber sido trasladados con vida al Hospital Local de Girón, murieron poco después a causa de un paro respiratorio asociado a la intoxicación. Lea aquí: Camión explota en un lavadero y deja a 3 personas fallecidas
Las labores de rescate estuvieron a cargo del Cuerpo de Bomberos de Floridablanca, que brindó apoyo con ambulancias, grúas y herramientas especializadas. El teniente Clemente Jaimes, subcomandante de la unidad, indicó que los tres trabajadores fueron extraídos de la cisterna. “Se lograron sacar dos con vida (tío y sobrino), pero la tercera persona (Ortiz Ramos) ya no tenía signos vitales”, confirmó.
El cuerpo de Ortiz Ramos permaneció al interior del tanque por varias horas y fue finalmente recuperado hacia la 1:00 p.m. con el uso de un brazo hidráulico. Para entonces, la escena ya era desoladora.
Ahora, las autoridades investigan posibles fallas en los protocolos de seguridad del lugar, que alberga vehículos destinados al transporte de líquidos inflamables. En las inmediaciones de la cisterna, las señales de advertencia estaban claramente marcadas: “Peligro”. Sin embargo, ni los letreros ni los riesgos conocidos evitaron el fatal desenlace.
Hoy, los nombres de tío y sobrino resuenan como símbolo de valor, pero también como recordatorio de la importancia de la seguridad laboral. Le interesa leer: Bomberos atendió voraz incendio en edificio de El Laguito