“Queremos que las autoridades hagan su trabajo, que se investigue bien y que esto no quede en la impunidad, porque se trata de la vida de un ser humano, no de un animal. Él no se suicidó, estamos seguros de que lo mataron”.
Esas palabras son de Tulia, una mujer que pide justicia tras conocer que su sobrino Carlos Eduardo Scott Montalvo, de 34 años, murió en extrañas condiciones en una celda de aislamiento de la Cárcel San Sebastián de Ternera, en Cartagena.

La mujer cuenta que desde un principio todo ha sido confuso. “Mi sobrino se quemó en la madrugada del miércoles 4 de junio, luego lo llevaron a un hospital y allá estuvo luchando por su vida; pero a nosotros solamente nos avisaron en la mañana del jueves, es decir, 24 horas después”, relató la pariente.
Carlos Eduardo tenía algo más de 11 años en el centro penitenciario, tras ser condenado por el delito de homicidio. Vivía en el barrio España, calle Bolívar, y era padre de una menor de 11 años. Tal parece que estaba próximo a recobrar su libertad. Lea: A Romel Cúrvelo lo mataron a balazos: estuvo 6 días en UCI
Este medio se contactó con el penal y desde allí comunicaron que se trató de una auto-agresión. Al parecer, el hombre pidió por escrito ser ubicado en una celda de aislamiento y en la madrugada del miércoles se prendió fuego. También comunicó que la víctima presentó problemas psiquiátricos previamente.

Los familiares niegan esa versión. Aseguran que Carlos se encontraba más feliz que nunca porque en 20 días quedaría libre. “Tenemos muchas razones para creer que lo mataron, entre esas la forma en que se quemó. Si él se echa gasolina, se echa desde la cabeza hasta mojar todo su cuerpo, pero el cabello de Carlos estaba intacto. Está como si lo hubieran quemado mientras estaba dormido bocarriba”, contó la pariente.
Agregó que las quemaduras parecen hechas más que con gasolina y fuego, con sopletes y afirmó que jamás él pediría que lo aislaran. “Pienso que lo aislaron para hacerle eso, no porque él estuviera deprimido porque yo hablé con él recientemente y estaba muy entusiasmado”.
El cuerpo fue trasladado a Medicina Legal donde fue sometido a exámenes forenses y posteriormente, sus allegados lo sepultaron. En medio del duelo, tomaron valor para pedir justicia porque consideran que se trató de un homicidio.

A todo este reciente hecho se suma que en el 2016 Carlos Eduardo demandó al Inpec tras ser agredido por un funcionario. “Lo lanzaron desde un tercer piso de la cárcel y mi sobrino quedó mal, entonces demandó y ganó”, explicó la familiar que no señala a nadie como posible victimario, pero espera que las autoridades den con el responsable.