A Héctor Augusto Martínez Montoya, de 62 años, y natural de Aranzazu, Caldas, lo querían mucho en el barrio San Roque de Barranquilla ya que tenía muchos años viviendo allí y laborando como tendero.
Compartía con todos los vecinos y había logrado conformar un hogar lleno de amor y, sobre todo, de pasión por el trabajo en la tienda; sin embargo, en la noche del pasado sábado 24 de mayo, todos sus sueños finalizaron de la peor manera. Lea: Fecode exige investigación por el asesinato de la docente Lissi Camargo
Dos sicarios en moto, usando buzos de color negro, llegaron a su tienda, se hicieron pasar como clientes y en un solo descuido, le dispararon en varias oportunidades. El tendero se desplomó en el acto y fue auxiliado por otros clientes, pero todo fue en vano.

Todo quedó registrado en las cámaras de seguridad del negocio y ahora es pieza fundamental para identificar a los homicidas. Las autoridades no han reportado capturas, pero hay una hipótesis que toma fuerza: Héctor había denunciado a unos extorsionistas.
Tal parece que días antes, el comerciante denunció ante el Gaula de la Policía que estaba cansado de las extorsiones que estaba sufriendo en su negocio El Reposo desde hacía muchos meses. Medios de Barranquilla han informado que todos los meses debía dar una cuota de 200 mil pesos a cambio de no ser asesinado.
Héctor se cansó de esa situación y decidió comunicar a las autoridades toda la información que tenía de dichos extorsionistas, además, facilitó fotos y videos de los sujetos que llegaban a cobrar mensualmente.
El medio de comunicación El Heraldo, en una nota sobre el caso señaló que la víctima pagó 15 millones de pesos para que le dejaran abrir el negocio, una situación que aceptó tras amenazas contra él y su familia.