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Sucesos

Así el niño Lyan Hortúa le salvó la vida a su niñera en pleno secuestro

Siguen apareciendo nuevos detalles sobre el secuestro de Lyan Hortúa

Así el niño Lyan Hortúa le salvó la vida a su niñera en pleno secuestro

Ambos fueron subidos a un vehículo.

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Lyan Hortúa, el menor de 11 año, que no solo sobrevivió a un secuestro perpetrado por disidencias de las frac en zona rural de Jamundí, Valle del Cauca. También protagonizó un acto que podría haberle salvado la vida a su niñera.

La historia, cada vez más, sigue revelando detalles. Siguen apareciendo nuevos detalles sobre el secuestro de Lyan Hortúa, ubicada en un conjunto residencial al que accedieron tras pasar por tres niveles de seguridad. Con violencia, se llevaron al niño y a la mujer que trabaja como empleada doméstica en la casa.

Ambos fueron subidos a un vehículo. En medio del trayecto, según informó la Personería de Cali, los captores discutían sobre si asesinar o no a la mujer. Fue entonces cuando Lyan, rodeado de hombres armados, hizo algo que pocos serían capaces de hacer: levantó la voz y rogó por la vida de su cuidadora. Ambos fueron subidos a un vehículo, En medio del trayecto.

Los secuestradores, decidieron liberar a la mujer y abandonarla en la zona rural. Desde ese momento, el pequeño Lyan continuó en soledad. Durante los días que estuvo retenido, marcaba líneas con sus uñas en la pared para contar el tiempo. Cuatro días esposado, amarrado y humillado, según relató su padrastro, Joshua Suárez.

Pero el secuestro del niño no fue un hecho aislado. Detrás del caso, se entrelaza otra tragedia: el asesinato de Antonio Cuadros, primo del padrastro de Lyan, quien, según la familia, habría sido el encargado de gestionar y pagar el rescate. Cuadros fue ultimado a disparos. Las autoridades investigan si su muerte fue una represalia o parte de un entramado extorsivo más grande.

Gerardo Mendoza, personero de Cali, confirmó esta versión y lamentó lo ocurrido.

“Todo es un acto repudiable. La muerte no puede seguir normalizándose en el territorio. Cali necesita ser un corredor de paz”, declaró.

Joshua Suárez también denunció la falta de apoyo institucional durante la primera noche del secuestro. “No recibimos ayuda de la Policía ni de ninguna autoridad”, aseguró, y aunque negó tener deudas o haber sido amenazado, prefirió no pronunciarse sobre si hubo una extorsión.

Lo que queda es una historia profundamente dolorosa, pero también una que resalta la fuerza inesperada de un niño.

A sus 11 años, Lyan no solo resistió el cautiverio. Con coraje, logró lo impensable: salvar una vida.

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