Tras conocerse que, en la tarde del jueves 15 de mayo, Dayana Jassir De la Hoz fue condenada a 57 años de cárcel por ser la determinadora del crimen de su esposo y director Regional de Medicina Legal, Eduardo Pinto Viloria, las autoridades de Barranquilla le perdieron el rastro.
La mujer sigue manteniendo su inocencia, aunque todas las pruebas están en su contra, incluso, los sicarios que asesinaron a Pinto Viloria y que tenían la misión de disfrazar el sicariato en un atraco, revelaron detalles que la incriminan, junto con Johan Beltrán Ulloque, conductor de la pareja y quien tenía una relación clandestina con Dayana, contó cómo se planeó el crimen. Pese a eso, ella afirmó tras ser condenada, que hará una apelación especial. Lea: Por esta razón Dayana Jassir mató a su esposo, director de Medicina Legal
Sin embargo, en estos momentos nadie sabe dónde se encuentran es por eso que la Policía Metropolitana y la dirección de la Seccional Atlántico de la Fiscalía se reunirían en una mesa técnica de trabajo para localizarla y capturarla, como comunicó el juez.
El medio El Heraldo informó que conoció que, de momento, la mujer no se localizó en su lugar de trabajo ni en su domicilio. El jueves la mujer se presentó en cámara, junto a sus abogados.
La mujer es bacterióloga y, al igual el esposo, laboraba en Medicina Legal. Se desconoce en en este momento dónde laboraba.
Por el asesinato también fueron condenados a 19 años de prisión Johan Beltrán Ulloque, quien era el amante de la mujer, y los sicarios Miguel González Reales y Jesús Gutiérrez Arrieta. Por su parte, Alberto Mario Cabrera Barrios, alias ‘Ñeco’, quien también participó, fue condenado a 17 años.
Todos los implicados aceptaron cargos que les imputó la Fiscalía. La única que no aceptó fue Dayana Jassir y por eso a ella se la abrió un proceso diferente a los condenados donde ella no logró mostrar su inocencia. Todo indica que la mujer ordenó el asesinato porque estaba enamorada de Johan Beltrán, por lo que quería quitarlo del camino.
Johan en audiencia dijo que la mujer “estaba cansada del difunto porque no había afecto y porque tenía disfunción eréctil”. También se supo que la víctima tenía un seguro de vida que la mujer quería cobrar.