Brayan Snaither Campo Pillimue, de 31 años, fue condenado recientemente a 58 años y tres meses de cárcel por el feminicidio de Sofía Delgado Zúñiga, una niña de 12 años a la que raptó, asesinó y luego abandonó su cuerpo en un cañaduzal. Ocurrió en l pasado 29 de septiembre en el municipio de Candelaria, Valle del Cauca.
El hombre fue capturado días después del crimen y tras una ardua investigación y revisión de cámaras de la zona donde desapareció. Brayan la entró a una tienda de mascotas donde laboraba con su esposa, la asesinó allí dentro y luego llevó en su moto el cuerpo en una zona apartada y lo lanzó en una bolsa. Lea: 58 años de cárcel para Brayan Campo por feminicidio de Sofía Delgado
Desde entonces está en la cárcel de máxima seguridad La Tramacúa de Valledupar y allá decidió hablar en el podcast Conducta Delictiva con los periodistas Kevin Pinzón y Michell Rodríguez quienes lograron que el sentenciado revelara detalles escabrosos y desconocidos hasta ahora.
El feminicida habló de su infancia y contó que su madre tenía problemas mentales, aludiendo a esto su conducta criminal. Señaló que siempre ha sido frío en su forma de pensar y que es de poco hablar. Sobre su infancia también relató que luego de que un funcionario de la Sijín le preguntara si había sido abusado sexualmente cuando niño, su mente se despejó y recordó que sufrió un episodio.
Además de considerar que pudo heredar una enfermedad mental, señaló que fue víctima de brujería. “En las últimas semana yo estaba aburrido y en la cabeza me imaginaba matando a una mujer. Era una voz interna que me decía que cometiera ese delito. Lo que sucedió es que yo tuve una relación de infidelidad y esa mujer dijo que me iba a separar de mi esposa como sea”, relató.
Narró cómo fue aquel domingo 29 de septiembre, cuando asesinó a Sofía. “Yo no pasaba en el negocio, ese negocio lo atendía de lunes a sábado mi esposa, pero los domingos yo la ayudaba y ese día estaba así. Tenía un cansancio, unas ganas de no hacer nada. Me puse a terminar un trabajo de mi empleo y lo dejé tirado”, dijo.
Agregó “estaba sentado en el local cuando pasó una pelada de 20 años y me llegó el pensamiento de entrarla y hacerle daño. Después al ratico pasó otra, más joven, entonces yo a ella sí le hablé y le dije que ingresara al local, que le iba a regalar algo. Ella ingresó y no fui capaz de hacerle nada a ella y la dejé ir. Solamente la voz me decía que las matara”.
“En medio de la pereza me encontré de frente con Sofía, yo nunca la había visto, no la conocía y le dije que entrara que le daría un regalo. Cuando entró le pegué en la cabeza con una cuchara grande que usaba en la tienda. Ella cayó al suelo. La voz me decía que la matara, que si la mataba iba a descansar”, relató.
Los periodistas le preguntaron si esas voces en alguna ocasión le dijeron que atentara contra su esposa o su hija, de 4 años, también llamada Sofía, y señaló que “no, nunca, mi relación con mi hija era buena y normal”. También le preguntaron que qué le iba a decir a su hija de por qué estaba en prisión y señaló que “le diré que cometí un feminicidio, pero ahora está muy pequeña por lo que si ahora me pregunta, diré que hice algo malo”. Lea: ¿Brayan Campo perseguía a niñas de nombre Sofía? Así era su vida
Al indagar sobre una posible obsesión con el nombre Sofía ya que años atrás también atacó a sexualmente a una niña con ese nombre, su hija tiene ese nombre e, incluso, tiene tatuada la palabra Sofía aclaró que “yo a Sofía Delgado no la conocía, no sabía como se llamaba. A mi hija quien la bautizó fue mi esposa cuando yo no vivía con ellas, entonces todo fue una coincidencia”.
Recordó que al ver a la niña sin vida, decidió ocultar el cuerpo de inmediato. “Quiero dejar claro a la familia de la niña, para que no sufra, que ella no sufrió. Se trató de un golpe y ella cayó al suelo. Después de asesinarla y botar el cuerpo yo seguí mi vida normal, por eso mi esposa no sospechaba y ella no participó en nada. A ella la capturaron para obligarme a mí a confesar el crimen”, dijo.
Entre los datos más perturbadores que el hombre contó está que, cuando ya comenzaron a investigarlo, decidió irse para Ecuador pero, al notar que todo estaba calmado o que así lo hicieron ver las autoridades, Brayan volvió a su casa para vivir una vida normal.
“Yo veía a las personas como velitas que debía apagar, antes intenté apagar otras. Yo siento que tenía esos pensamientos y ahora no entiendo por qué no pedí ayuda. Si usted sabe que le hicieron brujería, debe buscar ayuda”.
También confesó que espera no llegar a viejo en la cárcel, por lo que desea una muerte natural. También afirmó que nunca tuvo contacto con los parientes de Sofía “es falso que ellos me preguntaron y yo me negué, yo no pasaba allá, yo trabajaba y estudiaba en otra parte”.
En la entrevista quiso dejar claro que su esposa no participó en el crimen. “Ella me tiene que estar odiando en estos momentos, no porque la metí en problemas, sino por lo que hice. Nunca le conté porque uno por amor hace muchas cosas y ella habría hecho lo que sea para estar conmigo y yo no quería involucrarla”, relató.
Por último le pidió perdón a Colombia y a toda la familia de la niña, además, aseguró que no la desmembró ni abusó sexualmente. “Estoy muy arrepentido de lo que hice, pero no porque esté en la cárcel. Yo, cuando estaba libre, fui a la iglesia y compré un velón en el que escribí: ‘Perdón, Sofía’”, comentó. Aseguró que en aquella iglesia, donde estuvo antes de ser capturado, lloró por Sofía.