La familia de Carlos Simanca Guzmán, de 34 años, está desconcertada y llena de dolor. Asegura que todo se trató de una confusión y que su pariente no tenía problemas por lo que espera que las autoridades investiguen.
Al hombre, dedicado al trabajo independiente, lo asesinaron sicarios a las 12:20 de la madrugada de este viernes 2 de mayo en el barrio Villa Hermosa, sector 24 de Junio. Muy cerca de Nelson Mandela. Lea: Carlos Simanca, el hombre que sicarios mataron en Nelson Mandela
De esa manera, Carlos se convirtió en la primera persona asesinada en Cartagena en el mes mayo. La Policía Metropolitana ya está al tanto del caso y confirmó que investigan los móviles y buscan a los homicidas.

“De acuerdo con lo manifestado por ciudadanos, el occiso iba caminando por el sector, llega un sujeto y le dispara en varias ocasiones. Falleció en el lugar de los hechos. La inspección técnica al cadáver la realizó la Sijín de la Policía”, señala el reporte policial.
La modalidad del crimen fue la común: dos sujetos en moto, el parrillero dispara y escapan a toda velocidad. Carlos se encontraba solo en ese momento.
Los parientes de la víctima contaron que “él vivía en el barrio República de Venezuela pero se había ido para esos lados para visitar a unos familiares. Cuando lo asesinaron fue porque ya volvía a su casa”.
Simanca Guzmán tenía, según la Mecar, una anotación judicial por el delito de hurto calificado; sin embargo, su familia cree que su muerte podría ser una equivocación.
“Por andar con personas que no debía, terminó siendo señalado de un delito, entonces apareció su nombre en un panfleto amenazante, pero estaba acusado injustamente”, dijo el familiar.
Añadió que “los amigos que también estaban señalados se fueron de la ciudad, pero él no lo quiso hacer y siguió su vida normal, porque no le debía nada a nadie”.
Carlos se sintió amenazado pero, al parecer, confió en que pronto se sabría que no tenía qué ver con el crimen que lo involucraban; sin embargo, las cosas no fueron así y falleció tras recibir cuatro balazos.
“Él era amante de la champeta, era Dj de picó, le decían el Manchado y era muy conocido en el barrio. Tenía tres hijos y trabajaba para darle sus cosas”, dijo el allegado.