Los sicarios volvieron a aparecer en Cartagena, esta vez en el sector popularmente conocido como El Hueco, del barrio Henequén. En la tarde de este martes 22 de abril, asesinaron a un hombre en un solar.
Por ahora se sabe que la víctima, conocida en la comunidad como ‘el Negro’, se encontraba sentado al lado de un pequeño puente de madera cuando aparecieron sujetos armados y le dispararon en varias oportunidades. Se desconoce si llegaron en moto o no.
Los sujetos se marcharon del sitio sin dejar rastro, mientras que la víctima agonizó por unos segundo para luego dar su último aliento de vida. De inmediato, las autoridades fueron alertadas y llegaron al lugar de los hechos.
Por el momento se desconoce la identidad de la víctima, los móviles del crimen y quienes serías los asesinos. En la comunidad señalan que pudo tratarse de una retaliación por el tráfico de drogas en el sector. Lea: Así eran John y Andrés, los 2 policías que mataron en Pasacaballos
Sicarios con fusiles asesinaron a dos policías y un civil en Pasacaballos
En la ciudad no aparecían los sicarios desde el pasado domingo 20 de abril, cuando llegaron hasta el sector El Puerto del corregimiento de Pasacaballos y asesinaron a los policías John Jairo Evangelista Monterroza, de 42 años, y Andrés Felipe Carrillo Bayona, de 21.

Los uniformados realizaban un control de rutina y solo estarían unos minutos en el lugar, pero cuando estaban próximos a irse del sitio, que está cerca a varios establecimientos públicos, cuatro sujetos, a bordo de dos motos, les dispararon en varias ocasiones con fusiles.
Andrés murió en el acto, mientras que John Jairo fue llevado a una clínica en Cartagena, donde galenos confirmaron su fallecimiento. En el ataque también falleció el civil Rufino Girado Polo, de 64 años, quien casualmente pasaba por el sitio.
Sobre Andrés se supo que tenía apenas dos meses al servicio de la Policía Nacional, pero desde ya se destacaba por su compromiso y disposición. Quienes lo conocieron afirman que tenía la madurez de un hombre experimentado en su labor.

De John Jairo se conoció que tenía 20 años en la institución y estaba próximo a jubilarse. Vivía en el barrio Botero de Sincelejo, era padre de tres niños, y siempre que salía de descanso se dirigía a su casa para compartir con sus seres queridos. Hay una recompensa de 100 millones de pesos por los responsables de los homicidios.