En la tarde del martes 8 de abril se conoció la noticia de un escabroso hallazgo, realizado por campesinos y las autoridades en el sector Bajo Ostión, jurisdicción de Tubará (Atlántico).
La información que se tiene hasta ahora es que se trata de un hombre, con signos de violencia, entre los que están la incineración de sus manos y el rostro. El cuerpo fue inspeccionado y enviado a Medicina Legal para indagar en las causas de su muerte y dar con su identidad. Lea: Josué Ferrer, el joven que sicario asesinó de un balazo en La María
La Policía del Atlántico hizo presencia en la zona y se encuentra detallando el caso para conocer los móviles. Uno de los principales es una posible retaliación entre bandas criminales, pero eso no ha podido ser confirmado.

Las autoridades confirmaron que fue incinerado con una sustancia química corrosiva, es decir, no usaron fuego como tal; sin embargo, serán los criminalistas los que determinen cómo sucedieron los hechos. Por otra parte, se supo que las prendas de vestir de la víctima estaban intactas. Con la vestimenta buscan identificarlo más rápido.
La víctima vestía una camiseta negra de algodón, jean y unas botas de uso industrial. En el municipio de Tubará y en Juan de Acosta, los dos ubicados en zona costera del Atlántico, existe presencia de integrantes del Clan del Golfo, vinculados al frente Carlos Daniel Fulaye Vargas, del bloque Manuel Arístides Meza Páez. Este último bloque era liderado por el desaparecido alias ‘Chirimoya’, abatido el fin de semana en La Apartada, Córdoba, por la Policía y la DEA.
Dos días antes, un hombre y una mujer fueron asesinados a balazos y golpes en un solar de Soledad, también en Atlántico. Los cuerpos fueron hallados en un monte, por personas que por casualidad pasaban por el sitio. Los identificaron como Enzo Amador Rivera Pacheco, de 40 años, y Adriana Elizabeth Pérez Durán, de 39.