El asesinato de Jesús Hernando Sánchez Sierra, reconocido esmeraldero y heredero del fallecido Víctor Carranza Niño, ha sido mediático, primero por la importancia de este hombre en el gremio de las esmeraldas y las piedras preciosas en el país y el continente; segundo, porque su crimen se perpetró como si se tratara de una película de Hollywood.
Hernando fue asesinado en un exclusivo conjunto residencial al norte de Bogotá, el domingo 6 de abril, a las 3:47 de la tarde, justo en el conjunto cerrado Bosques del Marqués, donde vivía desde hace varios años, acompañado de una decena de escoltas fuertemente armados, una red de cámaras de seguridad fuerte y el acompañamiento de la fuerza pública.

Nada de eso fue impedimento para que un francotirador se ubicara en una zona boscosa, aledaña al condominio, y le dispara justo en el pecho mientras la víctima se encontraba cerca a una ventana. No quedó registrado en las cámaras de seguridad, no hay rastro de él, aunque se presume que escapó a pie por un bosque y salió hacia una carretera principal.
La muerte de Hernando tiene similitudes con la de su amigo, socio y también heredero del poder de Víctor Carranza en las esmeralda, Juan Sebastián Aguilar, ‘Pedro Pechuga’, exjefe de escoltas de Carranza y directivo de la empresa Esmeraldas Santa Rosa. Es tanto el parecido en el modus operandi que se presume que hay un mismo autor intelectual y material. Lea: La lujosa vida del ‘Rey de las esmeraldas’ asesinado por francotirador
A ‘Pedro Pechuga’ lo asesinaron el 7 de agosto del 2024, en el mismo conjunto cerrado Bosques del Marqués, donde murió Hernando. Los esmeralderos, años atrás, decidieron comprar apartamentos en esa zona por lo que eran vecinos. Además, la oficina de la empresa queda cerca, lo que les facilitaba movilidad y seguridad.

Ese 7 de agosto un francotirador le disparó a ‘Pedro Pechuga’ desde un matorral y también en el tórax. Ocurrió frente a los escoltas de la víctima que, pese a sus esfuerzos por hallar al responsable en ese momento, no lo lograron; sin embargo, días después se conoció que el disparador fue encontrado y asesinado, pero ahora queda en duda si en realidad era el responsable o no.
El Tiempo, en una nota informó que las autoridades estarían revisando documentos de octubre del 2022, donde aparece una lista confeccionada en la cárcel La Picota de Bogotá y que mencionaba a los esmeralderos asesinados, entre otros que ahora temen por su vida.
“Allí se sentenció a muerte a todas las personas que supuestamente habían dado información para que Estados Unidos procesara por narcotráfico al Clan Triana y al de ‘Pedro Orejas’. El primero es Hernando Sánchez; segundo, ‘Pedro Pechuga’; tercero, un informante de la DEA; cuarto, Carlos; quinto, Edwin; sexto, Hollman; séptimo, el ‘Gringo’. Después de eso, como vayan las cosas, siguen Darío López, gerente de una mina; Juan Colinche; Henry, administrador de la mina de Cunas, y el diputado Jonathan Sánchez. (...) A ese grupo hay que matarlos por lambones y sapos”, se lee en la declaración, según El Tiempo.
“El Hollman del que hablan es Hollman Carranza, hijo de Víctor Carranza; Carlos y Edwin son Carlos Julio Molina y su hijo Edwin, heredero de Gilberto Molina; y el gringo es Charles Burgess, exdirector de Mineral Texas Colombia, a quien reemplazó recientemente Esteban Santos, hijo del expresidente Juan Manuel Santos”, explica dicho medio de comunicación.
En el documento también hablan de una alianza entre la ‘Oficina de Envigado’ y la de sicarios de Sanandresito de la 38 para matar a los mencionados. Ellos serían los encargados de conseguir a un francotirador experto y habrían pedido matar primero a Hernando que a ‘Pedro Pechuga’ ya que el primero tenía demasiada seguridad porque en 2012 sufrió un atentado del que sobrevivió de milagro.
Las autoridades buscan determinar con perfiles de francotiradores del país al presunto homicida. Podría ser un exmilitar preparado con exigencia y que estaría en las filas de la mafia paisa. Además, deber ser alguien que conoce Bogotá y sobre todo la zona norte por la forma sencilla en que desapareció sin dejar huellas.