Como Francisco Vega Gómez, de 66 años, fue identificado el hombre que murió tras recibir un balazo a un costado del abdomen, en zona rural del municipio de Mahates, en Bolívar.
El hecho se dio en la tarde del sábado 8 de marzo, cuando Francisco se encontraba en su residencia, la finca El Cerrito, zona rural ubicada a unos 7 kilómetros de Mahates. Lea: Siguen los asesinatos en Barranquilla y su área metropolitana
Francisco se sentó en una pequeña silla, sacó la escopeta que usaba para cuidar su propiedad y cazar animales que andaban por la zona, y comenzó a manipularla con el fin de limpiarla.
Mientras la limpiaba, Francisco charlaba y cantaba. Todas las semanas realizaba este procedimiento y se creían experto, pero esta vez las cosas fallaron. De manera inexplicable se le salió un tiro.

El sonido del proyectil se escuchó en toda la finca, los pájaros que a esa hora estaban descansando en los árboles frutales, salieron volando y Francisco se desplomó y cayó de la silla con su arma en mano.
Sus parientes intentaron socorrerlo, pero la bala se alojó en la región hipocondríaca del costado derecho del abdomen y afectó órganos vitales. Fue remitido a una clínica cercana, pero falleció a los minutos.
La Policía informó que una familiar de la víctima relató los hechos y afirmó que este manipulaba el arma sin ninguna especie de seguridad. La institución agregó que la escopeta no tenía documentación vigente y legal por lo que fue incautada y puesta a disposición de las autoridades.

Por otra parte, la Policía confirmó que Francisco tenía una una anotación judicial en el sistema SPOA por el delito de Intimidación o amenazas con arma de fuego hechizas, blancas o menos letales.
La víctima se dedicaba a labores del campo desde niño y vivía en el lugar de los hechos. Al parecer, todas las semanas limpiaba su arma de fuego y, obviamente antes le quitaba las balas que estaban adentro con mucha cautela, por eso sus parientes no comprenden qué pasó esta vez.