En la memoria colectiva de Colombia permanece como un penoso y doloroso capítulo la masacre de El Salado, población del corregimiento de Villa del Rosario, de El Carmen de Bolívar, en la que 67 personas fueron cruelmente torturadas y asesinadas por grupos paramilitares.
Es de conocimiento público la barbarie que por seis días (del 16 al 21 de febrero del año 2000) vivieron los moradores del pueblo, dedicados a la agricultura y elaboración de tabaco a manos de 450 paramilitares que dejaron heridas imborrables en sus víctimas. Lea: Masacre de El Salado: 21 años después, un sepelio digno para Marcos Caro
El Salado se hizo conocido por semejante tragedia y desde entonces los sobrevivientes han luchado para que el Estado les restablezca los derechos que a punta de balazos, abusos sexuales, torturas y empalamientos les arrebataron en la plaza principal del caserío.
El trabajo ha sido duro, sobre todo porque la comunidad se desplazó por miedo a todo, incluso a la misma fuerza pública; sin embargo, ha vuelto, evadiendo el dolor y quedándose con el amor que tiene por su tierra y por sus muertos que allí descansan, además de sus ganas de salir adelante.
Las instituciones se han volcado, durante 25 años, para sanar y hacer de aquel legado de sangre, una fortaleza. El apoyo en materia de seguridad, la búsqueda de la justicia y la paz, el reconocimiento de derechos y el respeto a la memoria han sido los objetivos.
El presente y futuro de El Salado: los niños son protegidos
La Policía de Bolívar, en los últimos años se ha enfocado en los niños, niñas y adolescentes, buscando mecanismos o estrategias que les permita acercarse a las familias y prevenir situaciones o fenómenos que afecten el bienestar de los menores y jóvenes, además de otras poblaciones vulnerables.
El pasado mes de enero, bajo la dirección del coronel Alejandro Reyes Ramírez, comandante de la Policía de Bolívar, realizaron jornadas de prevención del reclutamiento infantil, violencia sexual e intrafamiliar y entornos de protección de los pequeños. Junto con el Bienestar Familiar y con un equipo especial de la Debol, ampliarán su oferta institucional para el beneficio de la infancia en El Salado.
Para la comunidad y la Policía es primordial fortalecer los conocimientos, la comunicación y la prevención en los hogares, ya que eso se refleja en toda la sociedad, es así como las estadísticas en materia de seguridad son favorables en El Salado, donde en los últimos 12 meses nadie ha muerto de manera violenta o confusa. En julio del 2023 se dio un sicariato con víctima mortal, desde entonces no hay víctimas similares.

“Estamos trabajando de manera articulada con la Policía y la Infantería de Marina para que la comunidad se sienta segura y tranquila. Tenemos la fortuna de ser un pueblo tolerante ya que desde hace mucho tiempo no se reporta una riña mortal o asesinato. A veces hay algunos robos, algunas discusiones, pero nada alarmante”, señaló Mile Medina, encargada de la biblioteca pública de la localidad.
Añadió que “para nosotros es importante el trabajo que hacen las autoridades con los niños y jóvenes porque ellos son el futuro de El Salado. Estamos muy contentos con el desarrollo que ha tenido el pueblo, pero esperamos más acompañamiento institucional”, y agregó: “pese a todo, la gente cuando viene al pueblo, no se quiere ir porque se siente la tranquilidad. Es una tierra acogedora”.

En anteriores entrevistas, líderes y miembros de la población han considerado que en El Salado se respira tranquilidad, por lo que muchos que se desplazaron en el 2000 han vuelto para trabajar y llenar de prosperidad al sector, pero afirman que les falta mayor intervención del Estado, no solo en infraestructura y necesidades básicas, sino en apoyo psico-social para los sobrevivientes de la tragedia y sus familias.
Los 16 de febrero en El Salado hay eventos litúrgicos y conmemorativos por las víctimas, pero la comunidad ahora quiere que también la reconozcan por su pujanza y fortaleza, en medio del miedo y la adversidad.
