Si en El Catatumbo llueve, en el sur de Bolívar no escampa. Las balas también hacen estragos y tienen a cientos de ciudadanos viviendo en un aguacero de incertidumbre y dolor.
La Gobernación de Bolívar hizo un llamada a la Presidencia para que ponga sus ojos en esta parte del país donde los grupos al margen de la ley se enfrentan y siembran terror. Lea: Gobernador Yamil Arana pide acción urgente por violencia en Bolívar
La crisis humanitaria en el sur de Bolívar se intensifica debido a la constante confrontación entre el Clan del Golfo, el Eln y las disidencias de las Farc. Estos enfrentamientos han provocado el confinamiento de 144 personas en Mina Piojó y el desplazamiento de más de 503 personas hacia Montecristo, Paraíso y Santa Rosa del Sur.
“Lo que está ocurriendo supera las capacidades del departamento. Históricamente, esta ha sido una zona estratégica para grupos armados ilegales, así que la población civil siempre es la más afectada. Por eso mi llamado urgente a que tengamos presencia estatal en la zona, no solo intervenciones militares, sino asistencia humanitaria”, dijo Yamil Arana, gobernador de Bolívar.
Las víctimas de las balas y la guerra en el sur de Bolívar
La misma situación de violencia impide, en muchas ocasiones, obtener información oportuna y oficial sobre lo que sucede en los municipios. Por el momento se sabe que un líder social, un soldado del Ejército Nacional y dos civiles fueron asesinados en los últimos cinco días. Lea: Tras pisar mina antipersonal, soldado murió en el sur de Bolívar
El líder social fue Robinson Loaiza López, quien se desempeñó como presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Golfo, en el municipio de Santa Rosa del Sur, sur de Bolívar. Versiones oficiales dice que renunció al cargo poco antes de su muerte, sin que se conozcan aún detalles de esa decisión.
El asesinato de Loaiza ocurrió el viernes 7 de febrero en una vereda del corregimiento de Canelos, específicamente en el puente “La Potaya”, área rural de Santa Rosa del Sur. La víctima tenía 10 impactos de bala.
El sábado 8 de febrero, el Ejército confirmó que, tras pisar una mina antipersonal en una zona rural del municipio de Santa Rosa del Sur, el soldado Jefersson Escorcia Jiménez murió. Según las autoridades, el hecho ocurrió cuando tropas de la Segunda Brigada del Ejército realizaban operaciones militares en el corregimiento (pueblo) La Marisoza y fueron víctimas “de la activación de una mina antipersonal”.
El domingo se conoció el asesinato de Joel Arias Mateus en el sector La Y de Morales. El hombre se encontraba ingiriendo licor con amigos en una cantina cuando de repente decidió irse del sitio. Después de eso, no se supo más de su paradero. Al parecer, tenía signos de violencia. Otro hombre fue encontrado muerto, con impactos de bala, en San Pablo, pero no ha sido identificado.
La comunidad está llena de miedo y a la fecha desconoce cuándo terminarán los enfrentamientos que los mantienen confinados y lejos de sus viviendas.