Las balas se escucharon en el caserío Casa Blanca, en la zona rural de Pijiño, Magdalena, y dejaron preocupados a todos sus habitantes, en la noche del lunes 3 de febrero. Minutos después, un residente confirmó la tragedia: asesinaron a una persona. Lea: ¿Intentan extorsionarlo? Comuníquese gratis con el Gaula en Cartagena
Revelan avances privados en el caso de Tatiana Hernández
El UniversalSe trató de Martín Elías Fonseca Machado, un reconocido comerciante de la región al que sicarios le dispararon varias veces mientras él se encontraba en un establecimiento público y cerca a varios amigos y conocidos.
Según versiones preliminares, Fonseca Machado había sido víctima de amenazas de muerte e intimidaciones por parte de grupos armados que extorsionan a comerciantes y ganaderos.
Tal parece que el hombre no quiso pagar la extorsión por lo que fue sentenciado y se la cobraron con sangre. Se desconoce el monto que le exigían y cuál es el grupo que lo extorsionaba.
Al hombre, luego de dispararle, supuestamente le dejaron un panfleto sobre el cuerpo donde dice “E.G.C. Por sapo y lengua floja y para todos los cuatreros y ladrones. Ejército Gaitanista de Colombia, al pie de lucha por el pueblo”.
Las autoridades no se han pronunciado sobre el hecho, por lo que se desconoce si es cierto o no el hallazgo del panfleto. La víctima era conocido por ser propietario de un popular establecimiento comercial.
La comunidad se encuentra consternada ante este nuevo acto de violencia que refleja la difícil situación de orden público en la región. Las autoridades han iniciado las investigaciones para dar con los responsables.
En la actualidad, el Gaula realiza la campaña “No dejes que te engañen, juntos prevenimos el delito. Córtale la conexión a la extorsión, cuelga y marca la línea 165″, invitando a los ciudadano a denunciar cualquier acción, actitud o exigencia de la que sea víctima. El apoyo y acompañamiento son gratuitos y efectivos.
Cabe mencionar que una de las modalidades más comunes es la ‘tío’ o ‘sobrino’. Se trata de llamas hechas por internos de cárceles, con la complicidad de personas que están libres. Llaman a su teléfono y se hacen pasar por miembros de bandas criminales, afirmando que pueden atentar contra usted.
Lo mejor es reportar el número a los patrulleros y permitir que ellos laboren, haciéndose pasar por familiar suyo, jefe de su negocio o simplemente su patrón.