Asustada, casi sin moverse y con una mirada triste. Así hallaron a una perrita junto a los cuerpos de sus dos protectores: Silvia Patricia y Luis Miguel Zarabia Rodríguez, asesinados brutalmente en un cambuche que los tres solían habitar en una zona rodeada por la maleza, entre los barrios Bicentenario y El Pozón, en el suroriente de Cartagena.
Los cadáveres, con visibles signos de violencia y huellas de sangre, los hallaron en la tarde del pasado viernes 23 de agosto en los predios de una finca. Le puedo sugerir: Keiner Díaz, el joven que sicarios mataron en Boston: hay 2 capturados

Dada la rigidez de los cuerpos, los funcionarios de criminalística del CTI de la Fiscalía que inspeccionaron la escena del crimen concluyeron que el doble crimen sucedió muchas horas antes, presumiblemente entre la noche del jueves y la madrugada de ese viernes.
Las víctimas tenían múltiples heridas, algunas a bala y otras, al parecer, con armas contundente y cortopunzantes.
Siempre andaban con “Cecilia”
Luis Miguel y Silvia convivían como pareja, y era muy común, según residentes de la zona, verlos caminar y pasar largo tiempo en un cambuche que construyeron a un costado del camino destapado que va del CAP de Bicentenario a El Pozón. Siempre andaban con su perrita.
De Silvia se conoció que residía en el barrio Olaya Herrera y de Luis Miguel que sus familiares viven en un municipio aledaño a la vía de La Cordialidad en el norte de Bolívar. Ambos eran recicladores y por lo general eran muy conocidos en Bicentenario porque siempre laboraban en lo suyo por esa zona.

Aunque los móviles del doble crimen aún están bajo investigación, las primeras hipótesis apuntan a un posible caso de ajuste de cuentas. Le puede interesar: Este es el hombre señalado de matar a su hijastro Airton a martillazos
La Policía Metropolitana confirmó que Luis Zarabia tenía 8 anotaciones judiciales en el Sistema Penal Oral Acusatorio (SPOA) como indiciado por los delitos de hurto (2014 y 2015), fuga de presos (2016 y 2019), tráfico de estupefacientes (2019), violencia intrafamiliar (2016), lesiones personales (2022) y daño en bien ajeno (2024).
¿Qué pasó con “Cecilia”?
Los cuerpos de Silvia y Luis Miguel estaban separados solo por unos cuantos metros y yacían sobre un tronco enterrado en el suelo húmedo. Entre ellos había un bolso de mujer de material plástico y de varios colores.
La mujer, de contextura delgada, vestía una bermuda de jean, blusa blanca y zapatos deportivos del mismo color. El hombre estaba en chancletas y llevaba puesta una bermuda playera y una camiseta estampada.

La escena quedó al descubierto poco después de las 12 del mediodía de ese viernes y junto a los cuerpos permanecía inmóvil “Cecilia”. Tal parece que nunca se apartó de sus amos desde el mismo momento en que fueron asesinados y tampoco lo hizo cuando los funcionarios del CTI realizaron la inspección judicial. Así lo demuestran las imágenes captadas con celulares.
Incluso, dijeron testigos, la perrita intentó irse detrás del vehículo del CTI cuando este se alejaba del lugar con las víctimas hacia la morgue de Medicina Legal, pero luego de un trayecto detuvo su andar y regresó al cambuche que habitaba con sus dueños. Lea también: Como una héroe despiden a Nayelis Alfaro: murió al salvar varios niños
En la escena del crimen, la perrita permaneció inmóvil, como si esperara a sus amos. En vista que no se movía del lugar, residentes de Bicentenario se acercaron a “Cecilia” y trataron de sacarla de allí, pero resultó imposible. Tampoco recibía comida.
En el barrio muchos conocían a Luis Miguel Zarabia porque algunas veces le dieron comida a él, a su pareja y a su mascota a cambio de alguna que otra labor casera. Una de esas personas contó que poco a poco la fueron retirando de ese sitio enmontado con ayuda de niños, porque tal parece que sentía temor con los adultos y con los menores se mostraba muy amable.

“Está muy temerosa sobre todo con los adultos, ya que cuando los ve se asusta y corre de un lado para otro, tal vez porque observó la tragedia que le ocurrió a quienes eran sus dueños”, dijo una animalista que conoció la situación.
Con el pasar de los días, los vecinos del sector lograron llevar a “Cecilia” a una casa y con ayuda de la comunidad, por medio de colectas, la están alimentado y brindándole compañía.
En una última comunicación se conoció que la perrita, de siete meses, ha estado un poco enferma, quizás pasando “su duelo”, y que están a la espera de materiales para adecuarle un espacio mientras se recupera.