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Sucesos

La terrorífica presencia que paralizó a un grupo de policías en Bolívar

Un sargento, que por esos días custodiaba parte de la Serranía de San Lucas, relató el espeluznante momento.

La terrorífica presencia que paralizó a un grupo de policías en Bolívar

Aún hoy, el sur de Bolívar se ve envuelto en el misterio de aquella noche.

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Por: Emilio Gutiérrez

Subintendente Policía Nacional

Jefe de Prensa Policía de Bolívar

Por estos días me encontré con un sargento (r) de la Policía. Ya veterano y curtido por los años me contó una historia terrorífica, difícil de creer, pero que ocurrió en el corregimiento de Puerto Pajón, en el municipio de Achí, sur de Bolívar.

Recuerda que era Semana Santa, dice que el ambiente estaba cargado de una tensión palpable y las calles polvorientas se sumergían en la oscuridad mientras la luna se escondía detrás de las nubes, arrojando sombras ominosas sobre aquel corregimiento donde los campesinos reunidos en un velorio acompañaban el dolor de una familia.

Mientras jugaban parqué y tomaban café, entre murmullos, un grupo de mujeres compartía historias sobre brujas y apariciones que acechaban en la noche. Algunas hablaban de La Llorona, otras del relincho de un caballo al que nunca pudieron ver. “Hoy es la noche de las sombras”, susurraba la abuela Marta con voz temblorosa y frente a varios de sus nietos. “Dicen que las almas perdidas regresan para vagar entre nosotros”, añadió.

Narra el sargento que mientras contaban historias, sintió un murmullo inquietante que se apoderaba de las calles. Luces titilantes danzaban en la penumbra, y sombras oscuras se deslizaban entre los callejones.

Miró el reloj, eran casi las doce, el pánico alcanzaba su punto máximo cuando el sonido de pasos apresurados resonaba en la distancia, todos se alertaron pues en la zona había presencia de alzados en armas y temían un ataque sorpresa. Angustiados los campesinos corrieron y se refugiaron en sus casas, mientras el sargento y sus hombres atónitos, empuñaron sus armas tratando de adivinar qué era lo que avanzaba hacia ellos.

En medio del caos, una misteriosa figura emergió de las sombras, una especie de mujer vestida con harapos negros y una capa que ondeaba como las alas de un cuervo. El Sargento recuerda que contuvo la respiración mientras aquella cosa se aproximaba lentamente y todos quedaron paralizados. Lea: Violenta riña entre hermanos dejó una mujer herida y un hombre capturado

Sin embargo, tuvieron el valor de rodearla y mientras le apuntaban con sus armas presintiendo lo peor, una risa escalofriante resonó en el aire. De repente, se hizo más oscuro y la figura desapareció en un destello fugaz.

El Sargento Rodríguez, un hombre de lógica y razón, estaba desconcertado. Lo que había escuchado minutos antes de boca de las ancianas, parecía cobrar vida ante sus ojos, la gente encerrada en sus casas no vio lo que ellos vieron, pero sí escucharon aquella risa que los atormentó por unos segundos y se perdió a lo lejos de la Serranía de San Lucas.

¿Era el mismísimo Satanás vestido de mujer el que se le apareció o una de esas brujas de las que dicen se salían de sus cuerpos y tomaban cualquier forma para infundir miedo?

Aún hoy, el sur de Bolívar se ve envuelto en el misterio de aquella noche. El Sargento Rodríguez, retirado, pero aún intrigado, busca respuestas. ¿Fue una ilusión colectiva o un encuentro con lo inexplicable? La incertidumbre persiste, y la noche de las sombras como la llamó la abuela Marta, continúa siendo un enigma.

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