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Sucesos

Conmovedora despedida después de 20 años a joven asesinado en ‘falso positivo’

La familia de Francisco Javier González Parra también continua con la búsqueda de tres hijos más que desaparecieron entre abril y diciembre de 2003 entre el Oriente antioqueño y el departamento de Caldas.

Conmovedora despedida después de 20 años a joven asesinado en ‘falso positivo’

Francisco Javier González Parra, qdep. // Cortesía Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD)

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El 30 de agosto de 2003 es la última vez que los familiares de Francisco Javier, de 16 años, lo vieron con vida. Su madre, María Inés, recuerda cómo hace veinte años su hijo se montó en una mula para ir a trabajar en una finca, de la cual nunca regresó. Esto sucedió en zona rural de Cocorná, Antioquia. Después de dos décadas de su atroz asesinato, sus familiares pudieron despedirlo con la tranquilidad de haberlo encontrado pero con una nostalgia que sentirán el resto de sus vidas. Lea también: Madres colombianas avivan con arte 15 años de lucha contra falsos positivos

Su hermana recuerda que la noche que su hermano desapareció escuchó ráfagas de fusil provenientes de la montaña. Al día siguiente, un soldado en la vereda relató que habían asesinado a un “guerrillero” la noche anterior pero realmente se trataba de Francisco. A la mañana siguiente, la familia y otras personas encontraron prendas quemadas que pertenecían a Francisco así como sus botas pantaneras.

Ese mismo día, su familia fue testigo como un helicóptero se llevó al cuerpo del supuesto guerrillero. En el fondo sentían que se trataba de Francisco. Después de la que sería una de las cuatro desapariciones que sufrió su familia, María Inés y los suyos huyeron al departamento de Caldas. Puede leer también: “El peor crimen de la historia”: Petro sobre falsos positivos

Según registros de la UBPD, hay 3.252 personas desaparecidas en el oriente Antioqueño.

Cinco años después, en 2008, una amiga de la familia les avisó que en el Instituto Nacional de Medicina Legal había una fotografía de Francisco. Al llegar a averiguar se llevaron la agridulce sorpresa que también había una foto Jorge Enrique, otro hijo de María Inés que había desaparecido en 2003. Después de varias pruebas de ADN confirmaron que uno de los restos óseos que se encontraban en el Cementerio Universal de Medellín pertenecían a Francisco Javier. Lea aquí: La JEP pide 20 años de cárcel para coronel por falsos positivos

La despedida después de 20 años

El 15 de diciembre de 2021, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) pudo recuperar su cuerpo para que su familia realizará sus exequias. Fue hasta el 8 y 9 de septiembre del presente año, después de muchas diligencias, que la familia de Francisco Javier pudo reunirse para darle cristiana sepultura. Sus restos óseos fueron depositados en un osario que fue adornado con un ramillete rosas blancas y velas a su alrededor.

La ceremonia religiosa tomó lugar en el Cementerio Universal de Medellín. Durante la misma, su madre, hermana y demás familiares recordaron lo risueño y bromista que Francisco era y como le gustaba recoger guayabas en el campo para después venderlas en el municipio de San Francisco. El sacerdote roció agua bendita sobre el cofre con sus restos mortales mientras que su madre empujaba la pequeña caja donde estaba su hijo hacía su último lugar de descanso. Puede leer aquí: JEP imputa al general (r) Mario Montoya por 130 falsos positivos

El entierro de ‘Francisquito’, como le decían de cariño, cicatrizó una herida en el corazón de sus seres queridos. Fue el final de uno de los cuatro capítulos dolorosos de esta familia, pues el paradero de Jorge Enrique, Francisco Javier y Emilio Antonio, hermanos de Francisco, sigue siendo desconocido hasta la fecha.

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