Con desconcierto, tristeza e indignación llegaron alumnos y padres de familia del Colegio Biffi a la eucaristía que la institución preparó por el eterno descanso de su estudiante Alejandra Llorente Salazar y su padre, Jaime Antonio Llorente Arcia, asesinados por sicarios en La Providencia. Lea aquí: Matan a papá e hija de 11 años en Cartagena: ¿Quién ordenó el atentado?
Sin conocer detalles, pero con un profundo rechazo por lo sucedido, familiares, amigos y allegados a la familia de la menor y su padre se han pronunciado, elevando una voz de alerta a la Alcaldía, a la Policía e incluso a esos que apretaron el gatillo.
La desbordada violencia en la que está sumergida Cartagena ha acabado con cientos de vidas, y ayer en la tarde dos más se sumaron al sangriento listado que preocupa entre la ciudadanía. Lea: ¡Ayuda a identificarlos!: Estos son los presuntos sicarios de padre e hija
¿Por qué los mataron?, ¿quienes fueron los determinadores del caso?, ¿quién ordenó el crimen y contrató a los sicarios?, son solo algunas de las preguntas que la Policía Metropolitana trata de responder. Lo único que ha asegurado es que Llorente Arcia no tenía antecedentes ni había recibido amenazas, según dejó ver su familia. Lea también: ¡Tragedia! Murieron papá e hija de 10 años en sicariato en La Providencia
Entregados al deporte
El hombre, un comerciante de Sahagún, Córdoba, y la niña, una promesa del patinaje, fallecieron con pocas horas de diferencia luego de recibir las balas en la camioneta que Jaime manejaba. Siga leyendo: Alejandra Llorente, niña asesinada, era patinadora: soñaba con ser campeona
Hoy, sus familiares se trasladaron hasta la morgue de Medicina Legal, desde donde aseguraron desconocer en qué van las indagaciones de las autoridades y los móviles del doble asesinato. “Por ahora solo esperamos que nos entreguen los cuerpos, no nos dicen si será hoy o mañana”, dijo uno de ellos a El Universal.

Alejandra, según cuentan sus allegados, era muy buena deportista. Desde hace cuatro años pertenecía al club de patinaje Cadistur y siempre se caracterizó por su disciplina adentro y afuera de la pista. Le interesa: ¿Hasta cuándo? Aleja y Neider, dos niños víctimas del sicariato en Cartagena
“Acabaron con la ilusión de una joven promesa del patinaje, que así como yo, a esa edad, tenía sueños y metas por cumplir. Me duele el alma, me uno al dolor de su familia”, comentó Cecilia Baena, referente del patinaje en la ciudad. Abel Paola, uno de los entrenadores de la menor, aseguró que “Alejandra llevaba un buen proceso, iba a los campeonatos nacionales, ganaba sus medallas, siempre estaba en los primeros lugares, estaba en formación, pero mejorando día a día”.
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El padre de la menor, Jaime Antonio, además de ser comerciante también era un amante del deporte: disfrutaba del fútbol, lo veía y jugaba.