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Sucesos

En Montecristo: lo llamaron para un trabajo y le dan ocho balazos

El joven asesinado era Jean Carlos Anaya Padilla, de 20 años, y según la Policía, hizo parte del frente “Guillermo Ariza” del Eln en el sur de Bolívar.

En Montecristo: lo llamaron para un trabajo y le dan ocho balazos

Los hechos sucedieron en zona rural del municipios de Montecristo, sur de Bolívar.

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Jean Carlos Anaya Padilla recibió una llamada en la que estarían ofreciendo trabajo. Él era minero artesanal y se dedicaba a trabajar en las minas de oro que están en Montecristo y poblaciones cercanas en el sur de Bolívar.

Sus familiares dicen que también realizaba otros oficios con tal de ganar su sustento diario.

El sábado recibió una llamada al mediodía, por lo que le avisó a su seres queridos que saldría para concretar el trabajo. La cita era en la vereda La Culebra, del corregimiento Paraíso, en el municipio de Montecristo.

Esa comunidad está a unas cinco horas en carro del casco urbano de la población, y aunque las autoridades no dieron detalles cuál era la labor que realizaría, se presume que estaría ligada a su oficio de la minería.

Una vez salió de su vivienda en el barrio Montebello, de Montecristo, se despidió y sus parientes no volvieron a saber de él. Esperaron al día siguiente para tener información, pero solo hasta las 4 de la tarde del domingo fue que se enteraron de lo que le había ocurrido a Anaya Padilla.

El Comando de Policía de Bolívar indicó que a las 3:45 del domingo se les informó desde el hospital de Montecristo de la entrada de un cuerpo a la morgue de ese centro asistencial. Al hacer la inspección del cadáver, en compañía del inspector de Policía municipal, Marlon Gallego, pudieron establecer que el joven había sido asesinado de ocho balazos.

Estuvo en el Eln

Anaya Padilla, natural de Montecristo y quien deja dos hijos, habría pertenecido a la estructura delincuencial del Eln, frente ‘Guillermo Ariza’ que delinque en la serranía de San Lucas, en el llamado sur profundo de Bolívar.

Sobre cómo ocurrieron los hechos solo se pudo conocer que moradores de la vereda La Culebra alcanzaron a escuchar unos disparos, pero nadie se atrevió a salir.

Solo hasta el domingo en la mañana fue que algunos campesinos hallaron el cadáver y en un vehículo lo trasladaron al hospital local. Por las dificultades de orden público en la zona, y el difícil acceso a esas comunidades, la inspección técnica se hizo en el hospital local.

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