¿Ajuste de cuentas? Hacia esa hipótesis apuntan las investigaciones por los dos homicidios que ocurrieron en Cartagena en la noche del jueves.
En el barrio El Campestre, cerca del Patinódromo, fue baleado a las 8 p. m. Germán José Pájaro Domínguez por dos hombres que iban en moto. Germán, a quien conocían como ‘Pájaro’, había llegado en su moto hacía pocos minutos a ese lugar cuando fue sorprendido por los sicarios, quienes tuvieron tiempo para llevarse un arma de fuego que la víctima tenía en la pretina de su pantalón. Su muerte fue en el acto.
Pájaro Domínguez fue patrullero de la Policía Nacional, pero lo destituyeron por motivos aún no precisados. También se conoció que trabajó como supervisor de una empresa de seguridad y que había sido capturado en Cauca por los delitos de extorsión, concierto para delinquir, narcotráfico y porte ilegal de armas de fuego.
Poco después ocurrió el crimen de Julio Antonio Torres Flórez, de 37 años, en una trocha que está cerca a la Terminal de Transporte. Le dieron dos balazos en la cabeza a eso de las 8:30 de la noche, pero su cuerpo fue descubierto dos horas más tarde.
El hombre, quien se dedicaba a la albañilería y vivía en el barrio Huellas de Alberto Uribe, fue citado en ese lugar por una mujer. Los familiares de Julio se enteraron de la trágica noticia a través de las redes sociales. Las autoridades informaron que Torres Flórez había salido de prisión hace tres meses tras ser procesado por el delito de extorsión. El Comando de la Policía Metropolitana de Cartagena dijo que no hay capturas por estos hechos de sangre.