“Papi, te quiero mucho. Quiero mucho a toda mi familia, pero no me van a ver más, no me olviden”. Esas palabras de despedida son las que José Guillermo Blanco Tapias, de 21 años, le habría dicho a su padre, vía telefónica, hace unos 20 días.
El cartagenero se fue prestar el servicio militar hace cinco meses al Batallón Energético Especial N. 21 de Cúcuta, Norte de Santander. “Fue algo voluntario, él pensó que así podría salir adelante y comprarle una casa a sus padres y a su pareja sentimental. De aquí de Cartagena se fue directo a Cúcuta”, agregó el padre.
Esta historia de un sueño cumplido y de un joven que entrega su vida por la patria y su familia se empañó de sangre, incertidumbre y muchas preguntas, pues José apareció muerto, debajo de un puente en la zona urbana de Cúcuta.
Estaba desaparecido
“Él estaba desaparecido desde hace 15 días. El domingo nos avisaron que apareció muerto, pero no nos dijeron qué le pasó, tampoco nos dieron su cuerpo, porque lo enterraron de inmediato. No esperaron a que llegara su familia. Lo más raro es que José, cuando nos hablaba por teléfono los últimos días, se portaba extraño, no lo dejaban hablar casi y él nos pedía que lo fuéramos a buscar, que le iba a pasar algo malo”, contó Heidy Gamboa, su pareja sentimental.
Según los familiares del fallecido, el Ejército no los ha ayudado a esclarecer qué sucedió con José y piensan que algo macabro se esconde detrás del caso.
“Los primeros meses mi hijo estaba contento en el batallón, pero después todo cambió; incluso, en junio vino a la casa de permiso y nos tocó internarlo en una clínica psiquiátrica porque estaba mal emocionalmente. Otra cosa, él nos decía que un cabo y un capitán le tenían rabia y lo habían amenazado con echárselo a la guerrilla. Hablamos con un capitán de apellido Valencia y nos dijo que José había escapado del batallón y que lo estaban buscando”, agregó Heidy.

En el puente
Lo cierto es que José fue hallado muerto, desnudo y con su cédula al lado. El caso fue atendido por la Secretaria de Salud de esa ciudad.
“Queremos que nos digan qué pasó, que nos den el cuerpo para hacerle los estudios necesarios y darle cristiana sepultura. El Ejército dice que mi hijo escapó, pero si hubiera sido así, él me hubiera llamado o a su mamá. Él sabía que su familia lo podía ayudar, yo pienso que a él le quitaron su celular y lo apartaron de todos. Además, hablé con un compañero de él y me dijo que antes de desaparecer él estaba en formación y un cabo lo sacó a la fuerza y nunca más lo volvió a ver”, anotó el padre.
Para la familia de este cartagenero hay algo raro en el caso y agrega que, supuestamente, el cuerpo tiene señales de violencia. “Él, una vez, se fue a golpes con un cabo y este señor lo amenazó. Siempre que hablaba con él me decía que estar allá era horrible, pero también guardaba silencio, siento que lo tenían traumatizado”, añadió el padre.