Para la Policía Metropolitana de Cartagena resguardar los derechos de los niños, niñas y adolescentes es una tarea diaria que se compone de trabajar mancomunadamente con sus familias.
En ocasiones, sin embargo, se encuentran con que desde ese mismo núcleo familiar estos derechos fundamentales son vulnerados.
Los menores son utilizados por adultos, en muchos de los casos parientes, para la comisión de delitos, desde hurtar hasta asesinar.
Pero, ¿cómo está Cartagena en este tema?
Por fortuna, los registro de la Policía demuestran que estos casos se han reducido casi en su totalidad desde 2016.
Para ese año, la institución reportó cinco casos. No detalla en qué delito como tal estuvieron involucrados los menores, pero sí en varios que sucedieron.
El reporte indica que los adultos fueron sorprendidos usando a los niños en El Bosque, Ceballos, Nueva Granada y Olaya Herrera. De estos cinco casos, tres sucedieron en febrero.
Un caso más lograron descubrirlo en 2018, el cual reportaron para septiembre en el barrio Nelson Mandela.
En 2019 y 2020 la cifra es de cero. “Teniendo en cuenta el trabajo realizado por el personal policial adscrito a la metropolitana de Cartagena de Indias, a través de sus actividades preventivas, operativas e investigativas, se ha logrado una disminución en los casos, donde se evidencia la utilización de NNA para la comisión de delitos, como se muestra que para los años 2019 y 2020 hasta la fecha no se ha presentado esta problemática”, detalló el teniente Andrés Castro, comandante de la Policía de Infancia y Adolescencia de la Metropolitana de Cartagena.
Mientras que los agentes que hacen parte de la Policía de Infancia y Adolescencia respiran más tranquilos en este tema, hay una problemática que les preocupa muchísimo: la mendicidad.
Y es que en estos casos si haya cifras alarmantes. Son muchos los menores en Cartagena que son utilizados para mendigar en las calles, siempre vigilados por un adulto, que a la final también resulta ser de su circulo familiar.
En 2020, la cifra es de 44 menores siendo inducidos por sus padres a la mendicidad. El teniente Castro explica que cuando se sorprende al adulto supervisando e induciendo al menor es considerado un delito. De esta manera queda la persona en manos de la Fiscalía. El menor es dejado a cargo de Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. “Este es un delito excarcelable”, dijo el oficial.
Pero, en caso de que el adulto sea quien mendigue con el menor al lado, causando lástima por decirlo así, no se considera delito. No hay nada que hacer, más que dejar que sea el ICBF quien actúe.
“Se vienen realizando las coordinaciones pertinentes con las autoridades competentes en la protección de la niñez con el fin de mitigar este flagelo desarrollando actividades de sensibilización dirigidas a la comunidad en puntos específicos tales como Centro Histórico, Chambacú y centros comerciales”, detalló Castro.
El año pasado, la cifra de niños en la mendicidad cerró en 180 casos y unos 425 quedaron a cargos de la autoridad competente, por estar supuestamente vinculados a distintos delitos.
El oficial Castro también dijo que “que se vienen realizando acciones de vigilancia y control en las terminales terrestres, aéreos y fluviales en coordinación de migración Colombia, con el fin de identificar situaciones en los que los niños, niñas y adolescentes puedan ser víctimas de trata de personas, verificando que tengan la documentación requerida y en regla para salir del país.
Según la Ley 1098 de 2006 del Código de Infancia y Adolescencia, “cuando un niño, una niña o un adolescente que tiene residencia en Colombia vaya a salir del país con uno de los padres o con una persona distinta a los representantes legales debe obtener previamente el permiso de aquel con quien no viajare o el de aquellos, autenticado ante notario o autoridad consular. Dicho permiso debe contener el lugar de destino, el propósito del viaje y la fecha de salida e ingreso de nuevo al país”.