La Policía es alertada y en el acto se inicia una persecución en contra del presunto asesino de un albañil que es acuchillado en el barrio Villa Corelca por reclamar una gorra que le quitaron a su sobrino. Son casi las 11:30 de la noche del domingo y en ese sector cercano a Nelson Mandela todo es confusión.
En cuestión de minutos, el supuesto agresor es sorprendido al esconderse en su casa, en ese mismo barrio. La Policía no tiene que entrar por él, su mamá lo entrega.
“La mamá dijo que se lo llevaran, que estaba cansada de que él se metiera en tantos problemas. Que estaba aburrida. Como yo vi todo, me tocó ir a la Fiscalía y estar pendiente de que no lo fueran a dejar libre. A él, como no tiene la mayoría de edad, lo mandaron para Asomenores. El otro mes cumple los 18 años”, cuenta Dayana Teherán, familiar de Kevin Armando Pérez Rodríguez, el hombre que es muerto de una cuchillada en el pecho delante de sus tres hijos.
En casa de Kevin se celebra el cumpleaños 16 de uno de sus sobrinos. A las 11 p. m., varios adultos se van de la fiesta porque tienen que trabajar temprano, pero en la casa quedan dos sobrinos de Kevin, su mujer y varios amigos del cumplimentado, también menores de edad.
“Como él era el mayor de todos, se quedó pendiente de todos nosotros. Los pelaos estaban sentados en el murito ese de la terraza y nosotros acá adentro. De pronto vimos que siete pelaos pasaban de un lado para el otro por aquí. No pensamos que fueran a hacer algo, como estábamos en la casa, no imaginamos nada malo”, cuenta en la mañana de ayer Dayana Teherán.
Según ella, después de que los muchachos pasan varias veces, se acercan a la residencia y uno de ellos agarra a una de las amigas del cumplimentado por la cintura, pero la joven solo lo mira asombrada y se queda callada, hasta que se van.
Poco después, los jóvenes regresan y le quitan la gorra a uno de los que está en el cumpleaños. Ahí es cuando el adolescente, de 16 años, entra y le pide ayuda a su tío Kevin.
“Kevin salió y les preguntó que qué era lo que pasaba y por qué le habían quitado la gorra. Los pelaos esos sacaron cuchillos y mi esposo salió a defender a su tío, pero como no tenían ningún arma ni nada se defendieron con las manos. Después salí yo y agarré a mi esposo y la mujer de Kevin también fue a agarrarlo a él, pero el pandillero lo acuchilló antes”, recuerda Dayana.
Kevin cae y la mujer y el esposo de Dayana lo llevan en una moto a un centro asistencial, pero al llegar es demasiado tarde, la víctima es ingresada sin signos vitales.
