Como un hombre trabajador y entregado a su familia. Así recuerdan sus parientes a John Jairo Jiménez Díaz. El hombre vivía con su esposa y se desvelaba por conseguir todo lo que necesitaban sus hijos, quienes eran “la luz de sus ojos”.
Pero ahora su mujer tendrá que levantar sola a los pequeños, tras la triste partida de su compañero amado. El hombre de 39 años murió tras sufrir un accidente laboral en una ladrillera que está junto a la vía La Cordialidad, cerca de Bayunca.
Cayó de una estructura de unos 8 metros de altura y murió en el acto.
También le cayó un tubo
Jiménez Díaz residía en el corregimiento de Pendales, que hace parte de Luruaco, en el Atlántico. A diario se iba hasta la ladrillera en Bayunca a trabajar. Los suyos recuerdan que salía muy temprano de la casa y regresaba cuando estaba a punto de caer la noche.
El martes empezó el día con la misma rutina. En la mañana limpió una chimenea en la ladrillera, explicaron compañeros a sus familiares, y a mediodía hizo un pare para almorzar.
A las 2 de la tarde retomó sus labores y fue entonces cuando ocurrió el accidente. Sus familiares relataron que volvió a subir a la estructura y que tenía todos los implementos de seguridad. Sin embargo, dicen que habría cometido un solo error que resultó mortal: no se ancló a algún soporte con ayuda de un arnés.
“Nos dicen que pisó una de las láminas de eternit del techo, pero esta no resistió su peso y se partió, y fue cuando cayó”, contó Alcides Díaz, tío de John.Cuenta que el obrero cayó sobre una estructura metálica, golpeándose la cabeza.
Fuera de ello, un gran tubo metálico se desprendió y le cayó.
El gran estropicio hizo que los demás trabajadores del lugar corrieran a ver qué había pasado. Fue entonces cuando encontraron a John desvanecido. Intentaron ayudarlo, pero ya no había algo por hacer. Estaba muerto.
Instantes después, un compañero del obrero informó a sus parientes de lo ocurrido. Estos llegaron ayer a la morgue de Medicina Legal a reclamar su cuerpo para así realizar las honras fúnebres.
