Un subintendente y un patrullero de la Policía Metropolitana de Cartagena fueron aprehendidos y asegurados por el delito de concusión (acto de un funcionario público que se aprovecha de sus funciones para exigir dinero o alguna otra utilidad a un tercero).
Los uniformados, hoy destituidos por la institución y detenidos en una guarnición militar, fueron capturados en un operativo del Gaula en María Auxiliadora. El suceso tuvo su inicio cuando los dos policías llegaron a una farmacia del sector. Le habrían pedido al dueño de una farmacia $2 millones, a cambio de no denunciar que este comercializaba medicamentos cuya venta está prohibida. El comerciante les habría dado $1 millón como adelanto, y les dijo que regresaran otro día para darles la otra parte.
Con lo que no contaban los uniformados es que el dueño de la farmacia los denuncio ante el Gaula. El Gaula organizó un operativo y atrapó a los dos uniformados cuando estos, presuntamente, llegaban a la farmacia a buscar el resto del dinero. Luego, fueron llevados ante un juez de Garantías, quien los aseguró por el delito de concusión, pese a que los dos hombres no aceptaron los cargos. Ayer permanecían en una guarnición militar, a la espera de saber si serían trasladados o no a una cárcel para funcionarios.