Un paciente sordo mudo, quien permanecía en la unidad de cuidados intensivos de la clínica Valles del Sinú, sufrió graves quemaduras al registrarse un corto circuito.
El hecho que es materia de investigación por parte de la secretaría de salud municipal ocurrió el pasado 25 de febrero del presente año.
De acuerdo con la versión entregada por el abogado William Quintero, ese día a las tres de la madrugada se encontraba en la UCI de la clínica en mención el soldador Carlos Arturo Urango Vargas, de 55 años de edad, estaba con un coma inducido por problemas de neumonía.
Se indicó que en el lugar se presentó un corto circuito en la Unidad, el cual le produjo quemaduras serias en gran parte de su cuerpo.
Ante el hecho la Secretaría de Salud Municipal está elaborando un informe sobre lo que ocurrió en el lugar.
Quintero Villarrreal dijo que su oficina de abogados recibió poder para iniciar las acciones legales indemnizatorias por ese hecho.
Dijo que está esperando el informe de la autoridad competente para solicitar la conciliación ante un centro especializado para tal fin y de esa manera obligar a la clínica a que responda por los daños ocasionados al paciente de Comfacor, en la modalidad de régimen subsidiado.
El abogado sostuvo que con culpa o sin culpa hubo un daño al paciente y tienen que responder por ello.
El jurista solicitó la historia clínica pero no la quisieron entregar, razón por la cual instauró un derecho de petición formal cuyo término aún está en curso.
Quintero dijo que es importante que las autoridades de salud tomen cartas en el asunto y ejerzan un control en torno a remodelaciones a casas viejas que están haciendo las entidades de salud.
Informe de bomberos
En un informe realizado el pasado dos de marzo por el comandante del Cuerpo de Bomberos de Montería, Jorge Eliécer Arbeláez, señala que a las 4:05 de la madrugada del pasado 25 de febrero recibieron una llamada de emergencia manifestando que en la calle 27 número 10-11, clínica Valles del Sinú, se presentaba una emergencia.
Dijo además que de inmediato partió hacia el lugar la máquina número dos y al llegar al lugar de los acontecimientos encontró que el incendio en mención ya estaba controlado por parte del personal de la clínica.
El informe señala que hicieron indagaciones a los trabajadores y que estos informaron que se había registrado un corto en unos cables eléctricos.
Hablan familiares
El hijo del afectado, Alex Urango, indicó que el pasado 23 de febrero llevó a su padre al hospital San Jerónimo de Montería y desde allí fue trasladado a la clínica donde ocurrieron los hechos.
Explicó que su padre es soldador y que residen en el barrio Sucre de Montería.
El pasado 24 de febrero, día en que ocurrieron los hechos, el hijo del afectado recibió una llamada a las 9 de la mañana en la cual le indicaban que se hiciera presente en la clínica para que autorizara una cirugía para las quemaduras.
El joven llegó al lugar y vio que todo ya estaba arreglado.
“Fue otra paciente de UCI, que estaba consciente, la que se dio cuenta que mi papá se estaba quemando y dio aviso porque él estaba en coma inducido”, explicó el hijo de la víctima.
Dijo así mismo que su padre aún se encuentra en el mencionado centro asistencial y que en una reunión con la directora esta les dijo que no se preocuparan pues iban a recibir las mejores atenciones.
El familiar dijo que le llama mucho la atención el hecho que en la epicrisis que manejan sobre el paciente no esté por escrito el reporte de elementos adversos, razón por la cual hicieron el derecho de petición que aún no han respondido.
El Universal trató de contactar a la directora ejecutiva de la Fundación Amigos de la Salud, propietaria de la clínica, Marta Ana Bermúdez Gazabón, pero no respondió el celular 3176475474.
La representante legal de la fundación es Elizabeth Torres Pérez, de acuerdo al registro de la Cámara de Comercio.


