Con el inicio del nuevo año, cuando el país se levantaba de la resaca de la noche anterior, en las selvas del Chocó se producía un hecho positivo para la lucha del Estado contra una de las organizaciones delincuenciales que más hechos de sangre ha provocado en los últimos tres años en Córdoba y otros departamentos del Caribe y del interior del país.
La denominada banda criminal (bacrim), ‘Los Urabeños’ perdió a uno de sus máximos cabecillas: Juan de Jesús Úsuga, considerado jefe de sicarios de la sangrienta banda. El significativo hecho se registró en la finca ‘Casaverde, ubicada en Acandí, tras combates armados de los hombres que lo escoltaban, con integrantes del ‘Comando Jungla’ de la Policía, con la que hubo cruce de disparos durante treinta minutos aproximadamente.
Según trascendió a la luz pública, a Úsuga le venían siguiendo los pasos y se estableció que pasaría el fin de año en la finca en que fue sorprendido y dado de baja, cuando una orquesta amenizaba una fiesta en la que participan unas cien personas.
Por la cabeza de Juan de Jesús Úsuga el Gobierno Nacional ofrecía hasta mil millones de pesos. Contra él pesaban varias órdenes de captura, entre otras causas, por delitos calificados como de lesa humanidad.
El pasado de Úsuga
Del cabecilla muerto se tenía que era conocido con los alias de ‘Giovanni’, o ‘Guerrillero’. Estuvo vinculado a la extinta guerrilla del EPL, hasta 1996 cuando se desmovilizó. Posteriormente se enroló en las autodefensas, bajo el mando del asesinado comandante ‘para’, Carlos Castaño Gil, en cuyo crimen apareció señalado como coparticipe.
De dicha organización se desmovilizó en 2004 cuando pertenecía al bloque ‘Calima’.
De acuerdo con la sentencia, alias “Giovanny” hizo parte del comando armado que asesinó a Castaño en Rancho al Hombro, una tienda de El Tomate (San Pedro de Urabá), en abril de 2004.
Posteriormente, se conoció que tras la captura y extradición de Daniel Rendón Herrera, ‘Don Mario’, Juan de Jesús Úsuga y su hermano, Dayro Antonio, heredaron esa organización que controlaba el negocio del narcotráfico en Córdoba, Antioquia y La Guajira.

